'Prefiro condenarme', la historia de la mariscadora que fue absuelta de adulterio en el 72
- La veterana escritora y cineasta gallega arriesga, pero logra una película estimulante por la que es fácil rastrear la huella de Bergman, Bresson y Kaurismaki.
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“Prefiero condenarme” son las palabras que le lanza Sagrario Ribela Fra a su madre cuando esta le asegura que la van a condenar, que tener un amante fuera del matrimonio no es para gente como ellas, para gente pobre que arrastra la miseria.
Corren los años 60 del siglo pasado en Galicia, y Sagrario ha demostrado ya una enorme resiliencia y un carácter granítico. Hija no reconocida de un soldado que hizo la mili en Ferrol, vivió una infancia de pobreza hasta que un tío decidió internarla en el estricto colegio de monjas de Cristo Rey. Allí estuvo hasta los 12 años, y a su regreso al hogar familiar se vio sometida al acoso de su padrastro, que trataba de propasarse con ella una y otra vez, algo que pudo evitar gracias a la ayuda de la hermana de este.
A los 16 se casó con un marino mercante, que la engaña y la maltrata, la deja embarazada cada vez que vuelve a casa y le enseña fotos de sus queridas. Pero ella no se conforma. Trabaja a destajo como mariscadora y encuentra el amor fuera del matrimonio, sabiendo disfrutar de los buenos momentos. En 1972, con 33 años, saldría contra todo pronóstico absuelta ante un tribunal eclesiástico, donde fue juzgada por adulterio.
La veterana escritora y cineasta gallega Margarita Ledo Andión (Castro de Rey, 1951) utiliza la historia de Sagrario para bucear en temas como la búsqueda y la expresión del deseo femenino, para apostar por el empoderamiento frente a la fatalidad y los reveses de la vida y para denunciar que el acceso a la libertad es un privilegio de clase.
Pero lo hace de una manera heterodoxa, renunciando a las formas clásicas del drama y apostando por un original dispositivo que mezcla varios formatos: entrevistas, imágenes de archivo, representaciones de ficción y performances artísticas. Todos estos elementos se engarzan de manera fluida para contar una vida única, algo tan complejo y tan sencillo a la vez. Solo se le pueda poner una pega a un filme que prolonga los hallazgos artísticos de la anterior entrega de Ledo Andión, Nación (2020) y es que, quizá, peca de exceso de gravedad.
La octogenaria Sagrario comparece ante las cámaras para narrar sus experiencias y, en ocasiones, varias actrices interpretan ante ella algunos pasajes de su vida, provocando la unión de la ficción y el documental, de lo individual y lo colectivo. Las imágenes de archivo, siempre pertinentes, aportan contexto y belleza y las actuaciones performativas logran que el filme vuele hacia lo abstracto, reivindicando a la protagonista como una Antígona que desarrolla la ley aún no escrita, que evita la victimización y que opta por la acción y la resistencia.
Aquí aparecen los poemas de Eva Veiga y Luisa Villalta, las obras de Maruja Mallo y Segura Torrella, mientras que el grito ancestral de la cantante Mónica de Nut inflama las emociones del filme. Margarita Ledo Andión arriesga en Prefiro condenarme, pero logra una película estimulante por la que es fácil rastrear la huella de Bergman, Bresson y Kaurismaki.
Prefiro condenarme
Dirección: Margarita Ledo Andión.
Guion: Margarita Ledo Andión y Eva Veiga.
Intérpretes: Sagrario Ribera Fra, Nardo Beceiro, Melania Cruz, Mónica Camaño, Iria Pinheiro.
Año: 2024.
Estreno: 22 de noviembre