Image: Juan Moneo, el Torta

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Música

Juan Moneo, el Torta

“A mí lo que me interesa es cantar porque si no canto, me muero”

6 diciembre, 2007 01:00

Juan Moneo, el Torta. Foto: Martín Sampedro

Después de trece años sin grabar un disco y sumergido en el silencio, Juan Moneo, el Torta, reaparece más exultante y vital que nunca con Momentos. El trabajo, desgarrador y sincero, recoge doce cantes escritos por él mismo y grabados en sesiones pausadas.

Juan Moneo, el Torta, ha regresado de territorios oscuros, de una turbia y pavorosa noche, y lo hace con una energía radiante y con la saludable actitud del que, por encima de todo, quiere vivir y continuar cantando. "A la muerte yo llamo;/ no quiere venir,/ porque la muerte tiene compañero,/ lástima de mí". Al recordarle esta seguiriya del repertorio clásico, no duda en decirme: "He visto a la muerte en cinco o seis ocasiones, pero no me quería llevar... Se reía y se escondía a mis espaldas. Y eso que le pedía a voces que me llevara".

El Torta está feliz, con inmensa gratitud hacia su productor, Javier Guerra, que lo cuida con todo tipo de atenciones. Ha dejado su Jerez natal y se ha instalado en una casa en Cercedilla, en la sierra de Madrid. "Es la primera vez que estoy rodeado de buenos amigos y ahora voy por la vida consciente y por derecho".

Con sólo dos discos en el mercado, Luna mora, de 1989, y Colores morenos, de 1994, más un par de apariciones en registros colectivos, Juan Moneo irrumpió en el mundo flamenco con impulso desacostumbrado y éxitos continuos. De estilo poderoso y un sonido original y distinto, sus formas expresivas eran absolutamente inéditas y la crítica especializada saludó su llegada como la gran revelación flamenca de la segunda mitad del siglo XX. En sus apariciones públicas arrastraba multitudes y pronto se convirtió en un icono, tanto para la afición ortodoxa como para los más jóvenes, de los que llegó a ser un punto de referencia. Obtuvo premios importantes, trabajó en el prestigioso tablao madrileño Los Canasteros, de Manolo Caracol, figuró en Flamenco, la película de Carlos Saura, y en el espectáculo Flamenco, esa forma de vivir. Después, el silencio y las tinieblas. "Me desvié a causa del desamor, la inseguridad y la falta de inteligencia para ver las cosas claramente".
La leyenda de un Juan Moneo vencido por la droga corrió como la pólvora y cuando hasta los más optimistas daban por malogrado al que podía haber sido la gran figura de esta época, ha reaparecido exultante y vital. "He sido tan poca cosa, tan perdedor y tan nada, que ahora, cuando veo que la gente que me oye disfruta, me siento joven, con ganas, veo que no estoy caducado y con muchas cosas que ofrecer todavía. De ahí surge la fuerza que me hace estar en el mundo de manera positiva". Pero Juan es consciente de que ha dejado pasar años en blanco y reflexiona sobre la conveniencia de caminar poco a poco, de recuperar lo perdido midiendo los pasos, calibrando las posibilidades, sin forzar el ritmo interior de su arte y de su vida. "El que lo hace todo de una vez, se aburre. Hay que quedarse detrás del tiempo y éste es el momento mejor de mi vida y me gusta como estoy", comenta.

Doce cantes espontáneos
Después de estar sin grabar casi 13 años, el cantaor celebra esta circunstancia con un disco, Momentos, publicado por Juglar Recordings, en el que incluye 12 cantes, entre ellos, la terrible bulería Heroína, que canta de forma descarnada, sin guitarra, nada más que con el acompañamiento de palmas y percusión: "Siempre estoy tirado en la calle,/ en los bares, en las esquinas;/ cambio la vida por la muerte/ por la maldita heroína, para finalizar con versos liberadores y esperanzados". Autor de los textos que interpreta, está convencido de que Momentos es su resurrección. Lo ha grabado en pausadas sesiones, encerrado en la madrileña sala Juglar, rodeado de su guitarrista y también sobrino, Juan Manuel Moneo, del percusionista Tino di Geraldo y los palmeros José Salinas, Rafael Peral y el genial Tomasito, maestro del compás jerezano. "Momentos es un disco natural y creo que transmite porque está hecho con esa espontaneidad del cante fresco y sincero. No es un disco de laboratorio", continúa.

El Torta, una de las grandes voces del flamenco de hoy, tiene la satisfacción del que acaba de ganar una dura y cruel batalla. "A mí lo que me interesa es cantar porque si no canto, me muero".