Image: La ópera mira a los niños

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Música

La ópera mira a los niños

Destacadas figuras dedican sus galas a los más pequeños

20 diciembre, 2007 01:00

La Cenicienta

A punto de llegar la Navidad, los teatros españoles apuestan por títulos dedicados a un público infantil
y juvenil. Obras como La bruja en la Zarzuela, El diluvio de Noé en el Real y La cenicienta en el Liceo y en el Teatro Circo de Albacete se suceden estos días con el propósito de acercar la ópera a los más pequeños.

Se dan cita esta semana en nuestro territorio cuatro óperas que, con reservas, podrían calificarse con la denominación de "para niños"; representativas de una larga tradición. Quizá la historia más conocida sea la del famoso cuento escrito en 1697 por el francés Charles Perrault (1628-1703) La cenicienta, que ha dado lugar a numerosas obras escénicas, la más célebre, sin duda, la de Rossini, que se está exhibiendo desde el día 14 en el Liceo de Barcelona con un reparto encabezado por la gran figura tenoril de nuestra época, de la que ya hemos hablado, para bien, muy recientemente: Juan Diego Flórez.

Pluralidad escénica
Otro atractivo es la presencia de la gentil mezzo aguda americana Joyce di Donato. Ni ella ni su sustituta en varias funciones, Silvia Tro, poseen, en puridad, el tipo ideal de voz, que ha de ser más oscura. Carlos Chausson será un Don Magnifico más interesante que Bruno de Simone. El estadounidense Patrick Summers, muy bragado en escenarios de su país, empuña la batuta para poner en solfa esta nueva producción, de corte escénico realmente naïf, firmada para Cardiff, Houston y Ginebra por Joan Font.

Rossini no fue el único en servirse de este cuento: Manuel García, Massenet, Isouard o Wolf Ferrari emplearon la misma y moralizante fábula, que en 1986 fue puesta otra vez en música por Peter Maxwell Davies en una aproximación que ha sido ya vista en distintos lugares de España y que se programa el próximo sábado en el Teatro Circo de Albacete. Cantarán los niños y adolescentes del Programa Infantil de Música Escénica "Padre Soler". Música llena de humor, con un lenguaje que combina el musical, el cabaret y arias cantadas junto a sonoridades contemporáneas. La adaptación al castellano es de David R. Peralto y Alicia Santos. La directora musical es Nuria Fernández Herranz.

Los niños también se apoderarán hoy mismo de la escena del Real en la cantata El diluvio de Noé de Britten, una muestra más del tacto que el compositor inglés aplicaba a la creación destinada al público más tierno, y que se empareja en la programación del Teatro con otra obra del autor, ya exhibida en pasadas temporadas: El pequeño deshollinador, compuesta, lo mismo que aquélla y que ¡Hagamos una ópera! para voces de niño. Otra veta tratada por la misma mano es la de la ópera seria en la que aparecen niños, como La vuelta de tuerca. Será curioso, y a lo mejor sorprendente, ver en acción a Emilio Aragón dirigir desde el foso. Por su parte, Fernando Bernués es el director de escena. Participan el Coro y la Orquesta de la Comunidad de Madrid y el Coro infantil del Conservatorio de Cuenca. El fornido barítono José Antonio López y la aérea mezzo Marisa Martins son Noé y su esposa.

Una bruja buena, en la Zarzuela
La más conocida de las óperas en las que se ve a niños atemorizados por una malvada bruja es Hänsel y Gretel de Humperdinck. No hay niños, pero sí bruja, aunque en este caso buena, en la zarzuela grande de Chapí titulada precisamente así, La bruja, estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 10 de diciembre de 1887 y que se representará hasta el próximo 20 de enero en el mismo coliseo de acuerdo con la fantasiosa y colorista visión, quizá un tanto recargada, de Luis Olmos, actual responsable de la institución.

Es una producción que data de 2002 y que, de cualquier modo, nos permite apreciar las indudables bellezas de una partitura que no deja de ser italianizante en bastantes de sus números y que revela siempre la mano autorizada e inspirada del músico de Villena, capaz de pintar, al lado de episodios costumbristas y decididamente humorísticos, instantes de alto dramatismo. Entre ellos destacan los que cierran el acto segundo, en donde el terror está muy bien descrito y presente en la escena. Hay voces de excelente pasta: Susana Cordón, José Bros, Albert Montserrat, Mancy Herrera, Ana Ibarra… Miguel Roa y el dotado alevín José Miguel Pérez Sierra descienden al foso.