En los próximos días tendremos la oportunidad de conocer de cerca la persona y la trayectoria de Tania León, compositora, directora y pianista cubano-estadounidense. Ya nos ha visitado antes, e incluso ha dirigido a los dos conjuntos orquestales madrileños, la Sinfónica y la Orquesta de la Comunidad de Madrid, pero su música no se programa a menudo entre nosotros. Nacida en La Habana en 1941, León es una artista de vocación universal, porque universales son también sus raíces. Su formación es clásica y muy amplia, pero tiene una fuerte curiosidad por todas las formas de la música popular lo que, en su caso, abre un enorme abanico porque esta artista tiene ancestros franceses, españoles, chinos, africanos y propiamente cubanos. Su enorme sensibilidad musical ha sabido extraer de ese crisol de razas y de tiempos una música de signo personal.

Ha compuesto y estrenado cerca de un centenar de obras. El hito más destacado de su carrera fue el estreno, en la Bienal de Múnich de 1994, de su ópera A Scourge of Hyacinths (Un látigo de jacintos), basada en el radioteatro de igual título del Premio Nobel nigeriano Wole Soyinka. La ópera, que mereció el Premio BMW que entra de lleno en la política y la sociedad de la áfrica actual, fue puesta en escena con gran éxito por Robert Wilson.

Tania León está de actualidad en este momento en Madrid por dos motivos muy concretos. Este fin de semana, el ciclo Cultura Afroamericana en el Museo de América, que incluye conciertos y conferencias acerca de la maestra León, culmina con la conferencia que ella misma pronunciará con el título "Mi música, un proceso de apropiación de raíces culturales diversas". Por otra parte, dentro de los conciertos organizados en el Festival Música Sacra 2008 que organiza la Comunidad de Madrid, el Grupo Vocal Kea cantará el próximo martes dos obras creadas por Tania León, Rezos y Duerme negrita, cantadas en un concierto con algunas otras obras de compositores procedentes de distintas latitudes europeas: los escandinavos Nystedt y Sandstrom, los franceses Poulenc y Dusapin, y los españoles Castán, Azurza, Busto y Donostia.