Image: La música vocal sale de gira

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Música

La música vocal sale de gira

Simon Keenlyside y Ainhoa Arteta miden sus fuerzas

9 octubre, 2008 02:00

El barítono S. Keenlyside y la soprano Ainhoa Arteta

Las mejores salas de nuestra geografía se reparten al barítono británico Simon Keenlyside, que abrirá el ciclo de Lied de la Zarzuela, y a la soprano española Ainhoa Arteta, que acompañará a la Sinfónica de Euskadi y se pondrá a las órdenes de Christopher Hogwood en Madrid.

Hoy no existen los grandes cantantes de otras épocas, aquellos fenómenos que marcaron la evolución y el desarrollo de una actividad artística tan atractiva y tan importante. En general, se ha ganado en este tiempo una mayor destreza en la aplicación de las reglas básicas de la proyección, pero las carreras se alargan injustificadamente. Todo ha tendido a unificarse. Hay muchas voces, sobre todo en el ámbito femenino, que mantienen un nivel de calidad muy aceptable, pero que no poseen las virtudes, la expresividad y la personalidad de las de antes, en las que no era tan frecuente la utilización de la gola.

Dos voces relevantes del panorama actual son las del barítono inglés Simon Keenlyside y la de la soprano española, de Tolosa, Ainhoa Arteta, que actúan por estos días en nuestro territorio. Aquél lo hace abriendo el XV ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela de Madrid con un hermoso programa que incluye Amor de poeta de Schumann, una selección de mèlodies de Fauré y las curiosas e irónicas Historias naturales de Ravel. Este cantante londinense, de 1959, es un buen exponente de los barítonos actuales, ligeros de equipaje, muy líricos y aplicados. Lo es especialmente él, que canta en varios idiomas y que sabe manejarse en medias voces, apianamenti y reguladores diversos. La voz es agradable, aérea, bien emitida y coloreada. Está próximo, pero tiene más cuerpo, a lo que antes se denominaba barítono Martín. Con él estará el competente y ubicuo pianista Malcolm Martineau. La cita es el lunes 13. Los artistas se presentarán en el Campoamor de Oviedo dos días más tarde.

Arteta, que empezó tras ganar el Operalia de Plácido Domingo, como una flecha, como una soprano lírico-ligera con posibles y metiéndose desde muy pronto en fregados como el de Traviata, está madurando bien una vez que su voz ha ido ganando enteros, adensándose y tomando cuerpo de lírica, a la que a veces puede afear un excesivo vibrato. Se enfrenta, creemos que por primera vez, con un hueso duro de roer, que precisa, idealmente, de un instrumento algo más fornido, más pleno: los Cuatro últimos lieder de Strauss. La envolvente orquestación de esta pieza necesita de una especial expresividad, además de una solidez vocal que permita evolucionar ágilmente por la zona central y grave sin perder la compostura en la zona aguda, tan exigente en la canción inicial.

La soprano participa, junto a la Sinfónica de Euskadi, en una serie de conciertos de abono a celebrar en Bilbao, San Sebastián, Pamplona y Vitoria, los días 11, 13, 14, 15 y 16. El 17 acude al Auditorio de Madrid para ofrecer estas piezas magistrales en un muy bello programa, que alberga también la obertura Las Hébridas (Gruta de Fingal) de Mendelssohn, la Serenata para cuerdas y las Variaciones Enigma de Elgar. En el podio estará uno de los antiguos apóstoles de la música del XVIII con instrumentos de época, el inglés Christopher Hogwood, pasado hace tiempo, con armas y bagajes, al mundo de la música romántica, postromántica y moderna.