Image: Daniel Harding arranca Ibermúsica

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Música

Daniel Harding arranca Ibermúsica

El director inglés podría ser el futuro director musical del Teatro Real de Madrid

16 octubre, 2008 02:00

No podría ser más oportuna la visita de Daniel Harding a Madrid, en este caso dentro de la programación de Ibermúsica, que inaugura temporada precisamente con él y la Sinfónica de Londres, de la que es principal invitado los próximos días 21 y 22. El director inglés anda en boca de todos como posible futuro director musical del Teatro Real de Madrid. Pese a su juventud, es ya un veterano en el foso, donde exhibe una desenvoltura y una firmeza impropia de un bisoño. La figura, menuda y aparentemente frágil, despliega una mímica muy sugerente, de gestos claros y precisos, y una vitalidad contagiosa.

Otra cosa pueden ser los planteamientos y criterios puramente musicales. A nuestro juicio aún le queda camino por recorrer. Sus prospecciones nos parecen algo planas, a veces faltas de contenido, descarnadas de texturas, ligeras de equipaje, vivas de tempo, caracterizadas por un colorido agreste y una rítmica bien aplicada, lo que es una de sus virtudes más señaladas, como pudo comprobarse en El Escorial hace unos meses en un convincente Divertimento para cuerdas de Bartók. La falta, todavía, de madurez ha quedado reflejada en su reciente y tierna interpretación para el disco, con la Filarmónica de Viena, de la Décima de Mahler en la versión de Cooke, en su tercera revisión a cargo de Goldschmidt y Matthews.

Pero, como ha señalado hace poco José Luis Pérez de Arteaga, Harding es "caballo ganador" y de él seguiremos hablando. Seguramente después de estas dos anunciadas actuaciones con la Sinfónica de Londres, con la que ofrecerá Música para cuerda, percusión y celesta de Bartók y la Primera de Brahms (día 21, Auditorio Nacional) y Séptima de Sibelius, Concierto para piano nº 25 de Mozart (con Imogen Cooper) y Segunda de Schumann (22).

Como vemos, la temporada de Ibermúsica comienza por todo lo alto. No faltan en la serie otras citas aún más relevantes, a las que nos iremos refiriendo en estas páginas. Mencionemos de momento, a título ejemplar, la presencia de orquestas como Filarmónica de Londres, Filadelfia, Gewandhaus, Philharmonia, directores de la talla de Von Dohnanyi, Jurowski, Eschenbach, Chailly, Salonen o Nagano y pianistas del calibre de Kissin o Uchida.