En su cuarta ópera, Ernani, estrenada en Venecia en 1844, Verdi estaba ya en posesión de una sabiduría escénica y musical de auténtico maestro. Esta ópera constituye un rico muestrario de experto neobelcantismo que modela una violenta y contrastada pintura al fresco de una significativa época histórica. Una improbable historia de Piave basada en la obra de Victor Hugo que da pie en todo caso al trazado de una serie de atractivos números de lucimiento para las voces.

Las que se dan cita en el Euskalduna de Bilbao, el 16 de enero, no dejan de tener interés. Desde luego expectación existe para comprobar cómo está actualmente ese buen tenor que es Aquiles Machado. A su lado se anuncia Dimitra Theodossiu, que es una soprano muy sólida y consistente, acostumbrada a estas pruebas. La que le plantea Elvira no es ninguna tontería. Buena voz, no del todo franca, la del barítono Zeljko Lucic para Carlos y discreta la de Orlin Anastassov para el malvado Silva. La batuta la empuña el experto y ecléctico director inglés Mark Elder. Se verá una coproducción de la ABAO con Tel-Aviv y Poznan firmada por Michal Znaniecki, un artista de los que arriesgan.