Mariola Cantarero y José Bros, en Doña Francisquita

Doña Francisquita (1923) de Amadeo Vives fue compuesta en un momento en el que el género chico había dado prácticamente sus boqueadas y en el que el grande vivía de las rentas, si no de estéticas tirando a rancias. Algo que no se puede decir, eso desde luego, de esta joya basada en La discreta enamorada de Lope de Vega, a partir de cuyo texto Romero y Fernández Shaw supieron destilar un espléndido libro para la inspirada pluma del compositor catalán.

Doña Francisquita ha estado numerosas veces ligada al Teatro de la Zarzuela, donde mañana se repone. Fue precisamente con este título con el que se reabrió la sala cuando se cumplían cien años de su fundación, en 1956. Una producción de José Tamayo que se hizo célebre. Otras vinieron después, entre ellas la de Sagi de hace unos años. Ahora veremos el nuevo montaje del hábil director del coliseo, Luis Olmos, que viajará más tarde al Liceo de Barcelona. Se emplea la moderna edición del ICCMU realizada por Miguel Roa, aunque la batuta en esta ocasión será empuñada por el eficaz Miguel Ortega.

En el reparto figuran algunas de las mejores voces españolas de hoy: Bros, Cantarero, Herrera (para el estreno), Moreno, Jordi, Cosías, Vicens… Una de las Francisquitas -junto a Cantarero y Moreno- es Sonia de Munck, que poco a poco va teniendo sus oportunidades. Es soprano lírico-ligera de fácil y segura emisión; afina y tiene línea. El veterano Baquerizo será el padre de Fernando, y Morales y Sánchez, dos excelentes característicos, visten las ropas de Cardona.