Image: Carles Santos

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Música

Carles Santos

"Mi interés por visualizar la música me llevó al teatro"

15 octubre, 2010 02:00

Carles Santos. Foto: Ester Lobato

Santos llega a las Naves del Español de Madrid con La Pantera Imperial, dedicado a Bach y que estrenó hace veinte años (del 21 al 24), y Piturrino hace de músico, concierto de ritmo diabólico que interpreta con el grupo BCN216 (días 29 y 30). En Barcelona representa su última obra, Chicha Montenegro Gallery.

El compositor y pianista Carles Santos (Vinarós, 1940) es la gota de extravagancia y humor que anima nuestra música contemporánea. Ha cambiado la gravedad de los auditorios por el bullicio de los teatros, donde encuentra un público más receptivo a sus sorpresas escénicas.

-¿Por qué presenta en Madrid dos espectáculos antiguos cuando acaba de estrenar Chicha Montenegro Gallery?
-Porque Chicha... no cabe en la nueva sala del Matadero. Y Piturrino fa de music (Piturrino hace de músico) no es tan viejo, es un concierto con doce músicos del año pasado y sin ningún planteamiento teatral.

-La Pantera... es de 1997. ¿Por qué la ha rescatado?
-Fue una idea de Àlex Rigola, quería que miráramos por el retrovisor a ver qué pasaba, confrontrar viejas obras con un público nuevo. Eligió ésta, quizá porque en su momento giró mucho y porque está considerada uno de mis mejores espectáculos. Todavía está viva.

-¿Se puede decir que La Pantera es su homenaje a Bach?
-Es sobre la música de Bach, no sobre su vida. Si en algo estamos de acuerdo los músicos es en que Bach es un un caso aparte. La obra es una propuesta teatral, por el escenario hay unas cabezas grandes de Bach, reproducciones de las figuritas que se venden de él en las casas de música. También hay mucho tráfico de pianos, mucho moviento: un coro de 20 personas, cuatro cantantes, dos bailarines, una pianola que se mueve por control remoto, tres pianos de cola. Casi no cabemos.

Un piano con cada mano
-¿Y usted toca el piano?
-Sí, claro, toco dos pianos, uno con cada mano.

-¿Y la partitura es de Bach o una composición suya?
-Tocamos Bach, no alteramos su partitura.

-En el concierto Piturrino fa de music, ¿quién es Piturrino?
-Pues podría ser yo perfectamente. Escogí su nombre porque suena a chiste, es gracioso. Tocamos durante una hora sin parar, puro concierto, no tiene ninguna pretensión teatral.

-¿No le parece que el público de teatro y de música es muy conservador en sus gustos?
-Yo creo que el de teatro no tanto, porque quiere que le sorprendan. Pero si coge una programación de cualquier teatro lírico, es siempre repertorio. Eso está bien, pero no se hace repertorio contemporáneo. Vamos a estar con Chicha Montenegro... dos semanas en el Lliure, algo impensable en un teatro lírico. Yo, además, me lo paso mejor en el teatro, es más excitante. Me gusta trabajar con actores, músicos, gente de circo, escenografías, vestuario, mil cosas.

-¿Se interesó por hacer música en teatro desde sus inicios?
-En aquella época lo llamaban teatro musical, era como un departamento de la música contemporánea. Había compositores que utilizaban el teatro, pedían a los músicos que actuaran e hicieran gestos. Era un lenguaje muy de performance. Yo me inicié en esto, que buscaba visualizar la música. Había gente como Mauricio Kagel.

-Además, coincidió en Nueva York en los 70, con la explosión de la performance.
-Sí, estuve tres años y coincidí con la época buena de Nueva York, la de Fluxus y todo aquello. Vi muchísimas cosas. Luego, estuve en el Berlín del Muro, y entonces era una ciudad dedicada a la cultura, ahora también, pero ahora hay cultura en muchas ciudades. Entonces era una ciudad única. He tenido bastante suerte, me he movido en el momento adecuado.

-¿Qué queda de todo aquello?
-A mí me ha servido de mucho, he ido creciendo con estas propuestas. Pero repetirlas ahora no tiene sentido.
-¿Qué opina del boom que vive la performance?
-Es interesante, algunos la están retomando y reelaborando. Es un lenguaje vigente y que los jóvenes de ahora lo absorben mejor que nosotros. En aquella época era una cosa más experimental y ahora se ve con más naturalidad.

-En Chicha Montenegro Gallery hace que los actores no pisen el suelo y convierte el escenario en un instrumento de percusión.
-Empleo unas largas placas de hierro, de las que se utilizan en los barcos. Es una escenografía muy sencilla, pero efectiva, y cuando se utiliza como instrumento de percusión es contundente. El espectáculo está tratado con criterio musical, hay una partitura y los cuatro cantantes emplean los pies y su cuerpo sobre estas placas de hierro.

-Lleva a unos expertos en vuelo. ¿Para qué?
-Son los Hermanos Pruna, gente que te garantiza la seguridad de los actores. Ésta es una obra que depende de ellos, son el motor de lo que pasa en el escenario.