Luis Berdejo
Quiero que juzguen la película, no mi carrera
15 octubre, 2010 02:00Luis Berdejo (derecha) dirige a Kevin Costner en La otra hija.
Estrena hoy La otra hija, thriller americano con el que este aclamado cortometrajista español se estrena en el largo
PREGUNTA.- ¿Qué le atrajo del guión de La otra hija cuando llegó a sus manos?
RESPUESTA.- En principio me atrajo por toda una serie de elementos dramáticos que iban a permitirme desarrollar visualmente ciertas cosas. Me interesa el drama familiar y desde luego me interesa mucho el cine de género puro y duro.
P.- ¿Le permiten intervenir en él de algún modo?
R.- No hice exactamente una reescritura, pero sí una versión. Le di más protagonismo al personaje de Ivana, y también hice desaparecer ciertas elipsis. Tuve la suerte de que el guionista, John Travis, estaba en huelga por aquel entonces, así que pude meter mano en el guión antes del rodaje. Evidentemente, ellos querían hacer una película con los clichés del género [por "ellos", intuimos que se refiere a los productores], contra los cuales no podía luchar, sólo adaptarme a las circunstancias. Así que me tomé la propuesta como un ejercicio de dirección, si bien logré personalizar algunas cosas introduciendo cambios.
P.- La fama de que Hollywood coarta la libertad de los directores no es gratuita. En su caso, ¿cómo ha sido la experiencia americana? ¿La repetiría?
R.- La repetiría completamente. Ha sido una experiencia plenamente satisfactoria. Obviamente me puedo poner tiquismiquis y sólo fijarme en las dificultades o en los defectos de la película, pero sería absurdo hacer eso... he tenido la posibilidad de hacer una película en Hollywood y no puedo quejarme. Es un sueño. Y no soy muy resultadista, más bien valoro las experiencias por el aprendizaje que he obtenido de ellas. Pero es que además me gusta mucho el resultado de la película.
P.- Una historia de género sobre una familia rota que se muda a una casa maldita no tiene, en principio, mucha relación con sus trabajos en corto. Cuesta creer que es la misma persona la que ha rodado For(r)est in the Des(s)ert y La otra hija...
R.- Es cierto que narrativamente son muy distintos. Mis cortos no eran tan previsibles porque no se limitaban a reproducir un género cinematográfico muy explotado, pero yo sí me siento identificado en la película. Yo sabía dónde iba, a hacer un ejercicio de género a Estados Unidos, y lógicamente no iba a introducir secuencias de animación con Kevin Costner o voces en off en francés. La película es lo que es y para eso me contrataron. Dentro de esos parámetros sí creo que he sabido personalizarla. Veo la película y me reconozco visualmente. Aunque sea tímidamente, hay una voluntad subversiva bajo las imágenes, sobre todo en el tramo final, tan oscuro y deliberadamente opaco... Tanto conceptual como visualmente, la película se va transformando. Por eso empieza tan preciosista, tan clásica, tan "tripodiana", tan dulce, para luego ir haciéndose más brusca y oscura. Para ellos [los productores] es una película súper europea porque tiene grano, porque no queda claro cómo acaba, porque el espectáculo está fuera de campo, o reflejado en un cristal... Creo que para Estados Unidos es un film de género europeo y para Europa es sin embargo una americanada.
P.- ¿Cómo está sintiendo las reacciones del espectador?
R.- De momento sólo se ha visto en el Festival de Sitges y en pases de prensa. El día que se pasó en Sitges hacía exactamente un año que la película estaba terminada, y dos años y medio que se terminó de rodar, así que realmente yo ya estaba algo distanciado del film, no estaba tan expectante ante las respuestas. No ha habido un excesivo enamoramiento, lo que me hace pensar que la película está siendo juzgada dentro de una persona y de una carrera. Me parece delirante, porque es mi primer largometraje. Lo que yo he hecho ha sido traer al mundo una hora y cuarenta y tres minutos de una película de miedo, y todo lo demás es accesorio y extraño. Creo que es una película de misterio con sus virtudes y defectos, nada más, y eso es lo que hay que juzgar.
CODA: Al finalizar la proyección en el pase de prensa de Madrid, en el cine Palafox, una periodista de escasa educación ha gritado bien alto: "¡Vaya mierda!". Sentado detrás de mí, Luis Berdejo mantenía la compostura con la misma clase de dignidad con que el film puede defenderse frente a sus detractores.