Image: Floyd en Bilbao

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Música

Floyd en Bilbao

La ABAO estrena en España Susannah

15 octubre, 2010 02:00

Un momento de Susannah de la ABAO.

Susannah, de Carlisle Floyd, se estrenó el 24 de febrero de 1955 en Tallahassee, Florida. Esta tercera ópera del compositor norteamericano se caracterizaba, como las diez restantes, por el hábil empleo de la música popular, que realmente late en cada uno de los pentagramas. La obra recrea en cierta manera la leyenda bíblica de Susana y los viejos, ya servida a su modo por Händel en su oratorio dramático Susanna (1749), aunque, en realidad, Floyd lo que pone en práctica es un acercamiento de índole moral y político al fenómeno persecutorio nacido del maccartismo, que veía comunistas hasta en la sopa, y que había sido tratado poco antes en la obra teatral Las brujas de Salem de Arthur Miller en 1953.

John Mauceri, experto en estos menesteres, dirige las representaciones del Palacio Euskalduna (desde mañana y hasta el 25 de octubre), que serán cantadas por la soprano Latonia Moore, de extensa y bien coloreada voz y notable capacidad expresiva, basada fundamentalmente en el uso de un delicado pianísimo. A su lado figuran el tenor Stuart Skelton y el veterano barítono James Morris, en la parte del reverendo Blitch, que hicieron famosa cantantes como Mark Harrell , Norman Treigle y Samuel Ramey. La dirección escénica es de Robert Falls en una producción de la Ópera Lírica de Chicago y de la Ópera de Houston.

Floyd se sirve de la figura de la joven Susannah Polk, deseada por sus añosos convecinos: la "pecadora" que atrae y que provoca una malévola reacción en las féminas de la localidad. Es el mismo asunto desarrollado unos años antes por Britten en su Peter Grimes: el enfrentamiento del individuo incomprendido a una sociedad hostil. Todo está trabajado, muy inteligentemente, a partir de un lenguaje popular, tonal, próximo al musical americano, envuelto en un melodismo muy grato y directo, que puede considerarse conectado con la tradición lírica del XIX, resumido en las muy inspiradas dos arias de la protagonista. Estamos cerca de la balada popular, alejada, eso sí, del peligro del melodrama neorrealista.