Un ensayo de Las de Caín, en el Teatro Español.

La Sala Principal del Teatro Español acoge, desde hoy y hasta el 7 de agosto, una de las zarzuelas menos representadas de Pablo Sorozábal, Las de Caín, basada en una divertida comedia de los hermanos Álvarez Quintero.

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  • No es de extrañar la pasión que profesa el director del Teatro Español, Mario Gas, hacia la obra del compositor donostiarra. Su padre, el barítono Manuel Gas, fue uno de sus cantantes predilectos, y su hermano, el director de orquesta y arreglista, el responsable musical de todas las representaciones del autor guipuzcoano ofrecidas en el Teatro Español en los últimos años.



    La hilarante historia de Las de Caín, que se desarrolla en el Madrid de principios del siglo XX, gira en torno a las vicisitudes del protagonista, Don Segismundo Caín, y su mujer, Doña Elvira, para casar a sus cinco hijas. La mayor de ellas, Rosalía, está a punto de casarse con Alfredo, pero no se decide hasta que se emparejen también sus hermanas menores, lo que convierte a toda la familia en una especie de agencia matrimonial en busca de novios, que van cayendo en el saco por las buenas o por las malas; al final sólo queda Fifí, por lo que convencen al más que maduro tío Cayetano para que ocupe la última vacante. De ahí el doble juego del título de la obra, para la que el maestro vasco escribió una partitura con la sutileza, elegancia, sentido melódico y garbo que le eran propios.



    Sorozábal contó para completar la pieza con la ayuda de su hijo, el también compositor Pablo Sorozábal Serrano (1934-2007) -autor del Himno de la Comunidad de Madrid-, nacido del matrimonio con su primera esposa, la tiple cómica valenciana Enriqueta Serrano. Padre e hijo acudieron a un sainete de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, estrenado justamente medio siglo antes (en 1908) por Irene Alba y José Santiago. Los comediógrafos sevillanos gozaron de una enorme popularidad en su época gracias a sus deliciosas obritas, caracterizadas por un humor dulce y amable y un andalucismo pintoresco, aunque hoy en día están algo olvidados.



    La obra de Sorozábal -que ya había contado con un texto de los Quintero en Los Burladores, de 1948- se estrenó en el Teatro de la Zarzuela el 23 de diciembre de 1958 con un elenco formado por ilustres nombres, como Selica Pérez Carpio, Esteban Astarloa, Rafael López Somoza o el mencionado Manuel Gas, bajo la batuta del compositor, que era además un excelente director. Siete años después la llevaría al disco con Teresa Tourné y Renato Cesari, en la única grabación existente. Posteriormente no ha tenido excesiva difusión, pese a contar con gran cantidad de números agradables, desde los preludios instrumentales a las romanzas Rosa, mi Rosalía (para barítono) y ¿Qué es el amor? (para soprano), los dúos de los dos protagonistas Dime por qué no has venido y Canta la creación y, sobre todo, los números de conjunto, como concertantes, tercetos y cuartetos en los que emerge una música vivaz.



    Un reparto de revista

    En el podio del teatro municipal estará, al frente de una orquesta en vivo de 26 profesores, la maestra Montserrat Font Marco, asimismo perteneciente a una larga tradición en el teatro lírico español. Y para la dirección de escena se ha contado con un hombre de extensísima trayectoria, incluyendo la comedia musical y la revista, Ángel Fernández Montesinos, autor también de la adaptación.



    El largo reparto incluye desde veteranos de la escena, como Francisco Valladares, Marisol Ayuso y María Garralón hasta cantantes especializados en el género, como Teresa Castal, Trinidad Iglesias, Luis Álvarez o Javier Galán. La escenografía ha sido diseñada por Wolfgang Burmann y el vestuario es de Javier Artiñano, lo cual, junto a los audiovisuales de Álvaro Luna -que representan los tres espacios en los que transcurre la acción- y la coreografía de Juan Carlos Santamaría revelan el enorme esmero con el que se ha planteado todo el espectáculo.