Magdalena Kozená y la Orquesta Barroca de Venecia. Foto: Miguel Ángel Fernández.

Il Giardino Armonico de Giovanni Antonini y Magdalena Kozená, a la que acompaña la Orquesta Barroca de Venecia, ponen el broche final al festival de música barroca de Santiago de Compostela.

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  • Tras cinco ediciones como referente internacional de la música barroca, el Festival de Via Stellae que se celebra en Santiago de Compostela afronta su sexto año con serias dificultades presupuestarias. Tanto que los 125 conciertos programados el pasado verano han quedado reducidos a 14 citas en el contexto del Año Europeo de la Música y del octavo centenario de la Catedral de Santiago. Asegura su director, José Víctor Carou, haber "primado la calidad frente a la cantidad a la espera de un pronóstico más optimista de presupuestos por parte de la Xunta de Galicia". Mientras tanto, han sido los propios artistas los que han tenido que arrimar el hombro y, en algunos casos, hasta reajustar los cachés, aunque Carou no entra en detalles. "Sin la disponibilidad y la buena voluntad de nuestros invitados no podríamos haber levantado este cartel", cuya temática gira en torno al gran castrato Farinelli.



    Después de la actuación de Les Talens Lyriques de Christophe Rousset y la recuperación de la ópera Semiramide riconosciuta de Porpora por Stefano Montanari y la Accademia Bizantina, Via Stellae llega a su recta final con la actuación, el martes, de Il Giardino Armonico, buque insignia del repertorio barroco que dirige Giovanni Antonini. A Venezia! es el título del concierto con el que repasarán algunas de las obras más representativas de Castello, Merula, Legrenzi, Vivaldi y Galuppi.



    Como colofón, el 22 de julio Magdalena Kozená se unirá a la Orquesta Barroca de Venecia, dirigida por su titular, Andrea Marcon, para clausurar el festival con obras del seicento italiano. La mezzo checa debutó en el Festival en 2010 con un disco de arias de Vivaldi bajo el brazo y regresa ahora para una metamorfosis; la misma que protagonizó la soprano alemana Simone Kermes el verano pasado cuando inauguró el programa Disco Barroco.



    La hazaña consiste en que Kozená y los músicos venecianos abordan primero un concierto de repertorio antiguo (sobre páginas de Merula, Monteverdi, Strozzi...) en el Teatro Principal para trasladarse después a la Sala Capitol, donde les esperan el contratenor Xavi Sabata y el dj LN Ripley para un espectáculo dirigido por Davide Livermore que aúna música clásica y sonidos contemporáneos. La sesión lleva por título Si Vivaldi y Händel levantaran la cabeza y pretende, como la última vez, llenar el aforo de la discoteca. "Con o sin dinero, seguiremos apostando por la originalidad y la captación de nuevos públicos", concluye Carou.