Manfred Honeck dirige a la Sinfónica de Pittsburgh. Foto: Jeff Swensen.

El 200 aniversario de Liszt servirá de eje a la programación del Festival Beethoven que comienza el 9 de septiembre en Bonn. Mehta, Muti, Chailly y Gardiner, entre otros grandes directores, se repartirán el podio de la Beethovenhalle, que este año se reparte la programación con diferentes enclaves al aire libre de la ciudad alemana.

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  • No está claro si Beethoven y Liszt llegaron a conocerse. Se habla de un supuesto beso de consagración en Viena -el famoso Weihekuss-, aunque el rigor histórico desmiente cualquier coincidencia. Menos discutible es la relación que ambos compositores mantuvieron más allá del contacto físico y al margen del antojo cronológico. "Lo más seguro es que no llegaran a conocerse nunca, pero juntos se les conoce mejor". Lo dice Ilona Schmiel, intendente del Festival Beethoven que se celebra todos los años en la ciudad alemana de Bonn desde que en 1845 Liszt decidiera conmemorar el 75 aniversario del autor de la Novena. No le bastaba al compositor húngaro con transcribir al piano todas sus sinfonías, dedicarle varias partituras o financiar de su propio bolsillo la escultura de Ernst Hähnel que ha sobrevivido, erguida en el centro de la Münsterplatz, a dos guerras mundiales. Lo que Liszt se había propuesto era invocar el espíritu de su maestro y convertir la ciudad que lo vio nacer en un lugar de peregrinación. Pero el tiempo y la justicia musicológica se han encargado de invertir el recorrido. Desde hoy será Beethoven quien busque a Liszt por las calles de Bonn. "Repasaremos su trayectoria musical y celebraremos el bicentenario de su nacimiento sin olvidar que, además de compositor, fue también pianista, director, gerente, profesor y escritor". Con esta idea el ciclo Liszt Night ha convocado a un puñado de jóvenes pianistas por diferentes enclaves de la ciudad. "La música no sirve de nada si obviamos el contexto. Cómo, cuándo, dónde y por qué se compuso una determinada obra es fundamental para poder entenderla y llegar a sentirla".



    Manfred Honeck y la Sinfónica de Pittsburgh se ocuparán esta tarde del concierto de inauguración junto a la violinista Anne-Sophie Mutter y repetirán mañana acompañando a la pianista Hélène Grimaud. Después, y hasta el 9 de octubre, desfilarán por la Beethovenhalle Zubin Mehta y su Filarmónica de Israel, Yannick Nézet-Séguin con la de Rotterdam, la Sinfónica de Londres, que se repartirán John Eliot Gardiner y Sir Colin Davis, la Gewandhaus de Leipzig con Riccardo Chailly y Maria João Pires al piano, la Orquesta del Festival de Budapest de Ivan Fischer y la Sinfónica de la BBC comandada por Sylvain Cambreling. El domingo la programación se trasladará a la orilla del Rin, cerca de donde Schumann trató de quitarse la vida, para una reproducción de la Música Acuática de Händel a cargo de la orquesta barroca Zefiro y Alfredo Bernardini.



    Un año más, Paavo Järvi y la Deutsche Kammerphilharmonie de Bremen comparecerán como artistas residentes, mientras que los 45 músicos árabes y kurdos de la Joven Orquesta Nacional de Irak serán los invitados del Campus orquestal organizado por la radio Deutsche Welle. Paul MacAlindin los tutelará el 1 de octubre en el que será su primer concierto fuera de su país con obras de Haydn, Beethoven y dos jóvenes compositores iraquíes, Ali Authman y Mohammed Amin Ezzat. "El Festival tiene contacto directo con el Sistema venezolano. Creemos en la integración a través de la música. Si algo hemos aprendido de Abreu es que no hay problema que no pueda resolver una orquesta".