Clementine, Oh Susannah, She'll Be Coming ‘Round the Mountain'... Temas folk que conocen todos los americanos desde que los cantaban en jardín de infancia. Piezas que han pervivido a lo largo de las décadas por su apego popular, porque sus historias siguen vigentes y sus batallas aún no se han ganado. La llama política sigue viva. Eso lo sabe Neil Young, que nueve años después del disco Greendale (2004) ha reunido de nuevo a su vieja banda, The Crazy Horse, para volver al punto de partida. En un movimiento conceptualmente gemelo al que emprendió Bob Dylan con el díptico Good as I've Been To You (1992) y World Gone Wrong (1993), o Bruce Springsteen con We Shall Overcome: The Seeger Sessions (2006), el álbum Americana de Neil Young es en verdad una cita con los orígenes de su arte y de su oficio. Pero sobre todo con el alma y los fantasmas de América. Versionar y recuperar la tradición americana, tomar perspectiva y mirar al pretérito para glosar nuestro presente.
Ese mismo concepto es el que ha trasladado a los vídeos musicales del álbum, que se pueden ver/escuchar en su propio canal de youtube. Bajo su habitual seudónimo de cineasta, Bernard Shakey -con el que ha firmado conciertos, documentales y películas de ficción-, el músico canadiense ha recuperado found footage de principios de siglo, especialmente de la Gran Depresión, para ilustrar sus versiones. De tal modo, en el vídeo de Oh Susannah, el tema que abre el disco, reconstruye con imágenes reales de los años treinta la reunión de una familia de granjeros en el calor del hogar, en la que el padre toca el banjo, el hijo pequeño baila (y fuma) y el resto de la familia escucha. El contraste de unas imágenes que parecen salidas del proyecto Farm Security Administration -organismo que encargó a escritores y fotógrafos, como James Agee y Walker Evans, que documentaran la pobreza rural en los duros tiempos de la Depresión-, con el sonido sucio, crudo y eléctrico de Crazy Horse, resultan en un efecto extraordinario.
El Farm Security Farm fue un organismo oficial que, precisamente para combatir la miseria, aceptó mostrar mundos que en principio no debían verse. Como hizo Luis Buñuel filmando Las Hurdes. Tierra sin pan. Ese mismo cometido es el que se plantea Neil Young, que de algún modo viene a conjugar a Walker Evans, Robert Flaherty y Alan Lomax, es decir, las imágenes documentales de la Gran Depresión con los sonidos actualizados que registró Lomax en su colección de millares de grabaciones sonoras de las subculturas folk americanas. De hecho, fueron estas grabaciones realizadas en viaje por América a lo largo de los años las primeras que registraron las voces del bluesman Blind Willie McTell o del cantautor protesta Woody Guthrie, cuyo tema This Land is Your Land está incluido en el disco Americana, así como versiones de piezas blues y canciones pop, como el éxito de los Silhouettes de 1958 Get a Job o incluso una irónica versión del himno God Save The Queen, que acompaña con imágenes de la coronación de la Reina Victoria, la Estatua de la Libertad y la construcción del ferrocarril.
Las resonancias musicales y visuales a las que apela Neil Young en los vídeos son tanto históricas como etnográficas. En el tema Jesus' Chariot (She'll Be Coming Round the Mountain) pone en contraste imágenes de un baile de gala de principios de siglo (como salidas de una película de Griffith) con los altercados callejeros que se producían en el exterior de los salones de baile, donde las clases pudientes bailaban ajenas a las amplias desigualdades sociales. Los ecos con nuestro presente son evidentes, como si América estuviera condenada a repetir su historia. En Clementine se suceden los buscadores de oro y las lavanderas en el río, los sueños de los humillados y ofendidos, niños trabajadores, retratos de desclasados en la América interior que emergen como fantasmas de un mundo no tan distinto al de ahora.
Ese mismo concepto es el que ha trasladado a los vídeos musicales del álbum, que se pueden ver/escuchar en su propio canal de youtube. Bajo su habitual seudónimo de cineasta, Bernard Shakey -con el que ha firmado conciertos, documentales y películas de ficción-, el músico canadiense ha recuperado found footage de principios de siglo, especialmente de la Gran Depresión, para ilustrar sus versiones. De tal modo, en el vídeo de Oh Susannah, el tema que abre el disco, reconstruye con imágenes reales de los años treinta la reunión de una familia de granjeros en el calor del hogar, en la que el padre toca el banjo, el hijo pequeño baila (y fuma) y el resto de la familia escucha. El contraste de unas imágenes que parecen salidas del proyecto Farm Security Administration -organismo que encargó a escritores y fotógrafos, como James Agee y Walker Evans, que documentaran la pobreza rural en los duros tiempos de la Depresión-, con el sonido sucio, crudo y eléctrico de Crazy Horse, resultan en un efecto extraordinario.
El Farm Security Farm fue un organismo oficial que, precisamente para combatir la miseria, aceptó mostrar mundos que en principio no debían verse. Como hizo Luis Buñuel filmando Las Hurdes. Tierra sin pan. Ese mismo cometido es el que se plantea Neil Young, que de algún modo viene a conjugar a Walker Evans, Robert Flaherty y Alan Lomax, es decir, las imágenes documentales de la Gran Depresión con los sonidos actualizados que registró Lomax en su colección de millares de grabaciones sonoras de las subculturas folk americanas. De hecho, fueron estas grabaciones realizadas en viaje por América a lo largo de los años las primeras que registraron las voces del bluesman Blind Willie McTell o del cantautor protesta Woody Guthrie, cuyo tema This Land is Your Land está incluido en el disco Americana, así como versiones de piezas blues y canciones pop, como el éxito de los Silhouettes de 1958 Get a Job o incluso una irónica versión del himno God Save The Queen, que acompaña con imágenes de la coronación de la Reina Victoria, la Estatua de la Libertad y la construcción del ferrocarril.