El compositor polaco Witold Lutoslawski. Foto: Piotr Klosek.

El Royal String Quartet protagonizará el concierto homenaje a Witold Lutoslawski que organizará la Fundación BBVA el próximo lunes con un programa conformado por obras del propio compositor, de Mykietyn y de Mozart.

Lutoslawski (1913-1994) fue sin duda un heredero alquitarado de los modos de Szymanowski, pasado por los efluvios líricos de un Berg. Un estilo en el que se pueden distinguir también no pocas influencias neoclásicas en la línea de Roussel, Martinu o Stravinski. En Música fúnebre (1954-58) para orquesta de cuerda empieza a cristalizar su manera depurada y precisa, que acabaría fructificando por completo, y esto es realmente curioso y sorprendente, tras la escucha, en 1960, del Concierto para piano de John Cage.



El propio compositor declaraba que desde ese momento se dio cuenta de que "no necesitaba partir del detalle para avanzar hasta el gran todo, sino que podía hacer lo contrario: empezar por el caos e ir creando un orden paso a paso". La consecuencia fue una obra como Juegos venecianos, de una sorprendente y original aleatoriedad para la época. Ideas que iban a llevarlo aún más lejos, a su Cuarteto de cuerda (1964-65) y a las obras subsiguientes. La subdivisión en dos segmentos, una Introducción y una Parte principal, representa en cierto modo un extracto de las expectativas de los oyentes, como recoge el crítico Ulrich Dibelius, que resume bien las características fundamentales del estilo de Lutoslawski: "Construir formas orgánicas tan perfectas que, a partir de elementos independientes gradualmente enlazados y estratos superpuestos, se desarrollen de acuerdo a un discurso lógico propio y característico, otorgando al conjunto de la obra una asombrosa plasticidad".



Detalles que podrán apreciarse el próximo lunes, 24, dentro del ciclo de la Fundación BBVA, en el Palacio del Marqués de Salamanca, en un concierto que aloja justamente esa obra de cámara, que viene acompañada, muy significativamente, por el Cuarteto n° 2 de un descendiente de la misma nacionalidad, Pawel Mykietyn (1971), y por el denso e inquietante Cuarteto en sol mayor K 387, rudo y disonante, el primero de los dedicados a Haydn, de Mozart. Las tres obras serán tañidas por el excelente conjunto polaco Royal String Quartet.