Image: Del Wagner de Thielemann al humor de Falstaff

Image: Del Wagner de Thielemann al humor de Falstaff

Música

Del Wagner de Thielemann al humor de Falstaff

12 junio, 2015 02:00

La mezzosoprano francesa Stéphane D'Oustrac en Carmen. Foto: Robert Workman

Lo nuevo de Bayreuth (25 julio-28 agosto) son las funciones de Tristán e Isolda, cuyas riendas musicales estarán en las manos de Christian Thielemann, el director wagneriano de nuestros días que mejor ha asumido la herencia de sus mayores. El reparto no es para entusiasmarse: Tristan será incorporado por el rudo vozarrón de Stephen Gould, Isolde será Anja Kampe, quizá algo frágil para las hechuras dramáticas de su parte. Katharina Wagner pondrá en juego su calenturienta imaginación para vestir la escena. El Festival mantiene las polémicas producciones de Lohengrin, El Holandés errante y la Tetralogía ideada por Frank Castorf.

Este año Salzburgo (18 julio-30 agosto) está dedicado a "maestros y sirvientes, el poder y la pobreza, la opresión y la protesta". Valores contrapuestos sobre los que discurrirá la programación, que se abre con una nueva producción de La conquista de México de Wolfgang Rihm firmada por el ingenioso Peter Konwitschny. Nueva puesta en escena asimismo de Las bodas de Fígaro y de Fidelio de Beethoven. Se recuperan producciones: Norma, El trovador, Ifigenia en Tauride y El caballero de la rosa, donde aparece, como tenor italiano el español Andeka Gorrotxategui. Se dedica un ciclo a la Filarmónica de Viena y sus compositores, otro a Boulez por su nonagésimo cumpleaños; un tercero a las últimas sonatas para piano de Haydn, Mozart, Beethoven y Schubert por Schiff. Sesiones sinfónicas de ensueño y los ya tradicionales conciertos espirituales, este año con músicas cristianas e hindúes.

Múnich viste sus mejores galas para su festival veraniego (26 junio-31 julio). Destaca la nueva producción de Arabella de Strauss, que se estrena el 6 de julio y que tiene como gran protagonista a la imprescindible Anja Harteros. El montaje es de Andreas Dresen. Es nueva también la producción de Pelléas et Mélisande, firmada por Christiane Pohle. Junto a estas auténticas novedades, producciones ya aplaudidas: Norma con Sondra Radvanovski, Lucia de Diana Damrau. Waltraud Meier aún se atreve con Isolda. Noticia importante: Pedro Halffter, que dirigiera hace unos años en Sevilla ese título, sustituye en el foso de La mujer silenciosa de Strauss a Kent Nagano.

Espléndida selección en Aix-en-Provence (3 junio-16 julio). Son nuevas producciones Alcina de Haendel, que estará bajo el siempre musical y energético mando de Andrea Marcon; El rapto en el Serrallo y Svadda, "ópera para seis voces femeninas a cappella", de Ana Sokolovic, estrenada en Toronto en 2011, que aquí conoce su presentación escénica. Se programa la producción de Sellars del doblete Iolanta-Perséphone, presentada en el Real hace unos años.

Glyndebourne (21 mayo-30 agosto) abre sus puertas a Poliuto de Donizetti y Saul de Haendel. Aquél, en producción de Mariame Clément, nunca se había representado en el Reino Unido. La obra haendeliana, nueva en el festival, será puesta en escena por el australiano Barry Kosky. David McVicar presenta su nueva idea escénica para El rapto en el Serrallo. Figuran también Carmen, el doblete raveliano El niño y los sortilegios y La hora española y La violación de Lucrecia, de Britten.

En Pésaro (10-22 agosto) sólo se presenta una nueva producción, la firmada por Marco Carnitti -responsable en el Real de una muy estimable Clemenza di Tito- de La gazzetta. Los demás títulos se ofrecen en montajes ya conocidos como La gazza ladra de Michieletto o L'inganno felice de Vick. Las sopranos Nino Machaidze y Olga Peretiatko y la mezzo Chiara Amarù son los nombres vocales más relevantes.

Verona (19 junio-6 septiembre) es un clásico del gran espectáculo. Ninguno de los que se anuncian es nuevo. Se hace una gala en torno a Carmen, que cantará una de las mejores gitanas, Anita Rachvelishvili. Se verá la eterna Aida de Zeffirelli, del que se repone también Don Giovanni, Nabucco, firmado por Bosio, y Tosca, en el ostentoso montaje de Hugo de Ana, que dirige asimismo El barbero de Sevilla.

El de Lucerna (14 agosto-13 septiembre) es junto al de Salzburgo el Festival más imponente. El lema de este año es el Humor, de ahí que podamos ver en la programación un Falstaff verdiano (en concierto con Jonathan Nott) o la obra de Britten Albert Herring. Además se incorporan al cartellone páginas sinfónicas tocadas de ciertos rasgos humorísticos de Haydn, Mahler y Shostakovich. Homenaje a Boulez (90 años) y participación de las mejores orquestas y directores. Entre ellos, Nelsons, Haitink, Barenboim, Rattle, Thielemann, Mehta o Harding.

Tristán e Isolda en Bayreuth

No concibo mejor lugar en el mundo que Bayreuth el 7 de agosto. Pensarán que estoy exagerando, pero ocurre que el día se corresponde con el Tristán e Isolda que dirige Christian Thielemann en la colina verde, subrayando el 150 aniversario del estreno mundial de la ópera wagneriana. Es verdad que fue concebida en Múnich, pero también lo es que Bayreuth se ha convertido en el escenario donde mejor puede "invocarse". Con más razón cuando Thielemann ejerce de mediador y cuando los espectadores, wagnerianos por devoción, se adhieren a la ceremonia en una experiencia lisérgica y de combustión que acaba con el corsé del espacio y del tiempo. Rubén Amón.