Arturo Sandoval: "Todo continuará igual en Cuba mientras siga la dinastía Castro"
Arturo Sandoval. Foto: Manny Iriarte
Es la trompeta más inteligente y emocionante de la Cuba moderna. Fue fundador en los años setenta, junto a otros gigantes como Paquito D'Rivera y Chucho Valdés, de la mayor maquinaria orquestal que ha tenido el jazz latino, Irakere, un laboratorio de ritmos morenos tamizados por el lenguaje jazzístico que todavía aguarda competencia. Luego salió de la isla y se instaló en Miami, desde donde ha venido protagonizando, ya en primera persona, algunos pasajes cardinales, no sólo del jazz latino, sino del jazz y la música clásica en general. También conocido por su autoridad como pianista, Arturo Sandoval (Artemisa, La Habana, 1949) regresa hoy a los escenarios españoles como cabeza de cartel del festival más tempranero del verano, el Clazz Continental Latin Jazz (Teatros del Canal, 25-27 de junio)."Volvemos con toda nuestra energía y alegría al país donde nacieron nuestros ancestros. Será una gran fiesta de jazz latino, con un repertorio muy variado", explica a El Cultural. El festival tiene en su cartel un espacio merecido a la memoria de Paco de Lucía, "en cuya casa estuve varias veces. Para mí es uno de los mejores guitarristas que ha dado la música, además de una gran persona. Es el tipo de músico que, aunque pasen cientos de años, se seguirá hablando de él y su música continuará siendo escuchada".
Este admirador confeso de Dizzy Gillespie (en la primera visita del trompetista americano a Cuba no se despegó de su lado) y uno de sus alumnos más aventajados, como miembro de la famosa United Nations Orchestra, siempre quedará marcado por su paso por Irakere: "Fue una gran escuela para todos los que la fundamos, no sin dificultades, ya que teníamos muchísimas restricciones por parte del Gobierno cubano, que prohibía tocar jazz. Tuvimos que disfrazar nuestra música, creando ritmos que en aquel momento eran innovadores y hoy son una referencia".
Conocida es la militancia anticastrista de Sandoval, que ni siquiera estos días en los que la administración estadounidense ha realizado gestos históricos en su relación con Cuba logra minimizar: "Nada ha cambiado, siguen reprimiendo cada vez más a la oposición, negando las libertades más elementales. Mientras siga la dinastía de los Castro, sus hijos, nietos y amigos en el poder, todo seguirá igual en Cuba".
Ganador de diez premios Grammy, autor de más de una treintena de discos, propietario del Arturo Sandoval Jazz Club de Miami y colaborador de bandas sonoras de películas como Los reyes del mambo, este trompetista es reconocido igualmente por su talento como pianista: "Los dos instrumentos son muy diferentes. Lo primero que hago al levantarme es sentarme en el piano y tocar cualquier melodía, lo que me venga a la cabeza. El piano me ayuda a crear mis composiciones y me da una visión más amplia de las armonías. La trompeta, después, es el instrumento que he tocado toda mi vida y por el cual me di a conocer. Los amo a los dos y los sigo estudiando diariamente".