El director José Luis Temes

José Luis Temes, incansable investigador de nuestro patrimonio musical, recupera este lunes (28) en el Auditorio Nacional la ópera Becqueriana, de la compositora madrileña adscrita a la Generación de Maestros y muerta en el exilio.

Se prepara para este lunes 28 de noviembre un concierto muy importante en el Auditorio Nacional. Girará en torno a la madrileña María Rodrigo, que vivió entre 1888 y 1967. Falleció en Puerto Rico y puede que fuera la primera compositora española en el sentido profesional del término. La cita ha sido convocada por el director, musicólogo y productor discográfico José Luis Temes, a quien debemos los descubrimientos de tantos compositores españoles preteridos, del siglo XX y anteriores. Pocos como él han sabido profundizar en ese inmenso caudal que yace bajo el peso de la desmemoria.



Lleva años reivindicando en concreto la figura de esta singular creadora, perteneciente, junto a Rosita García Ascot y María Teresa Prieto, a la llamada Generación de los Maestros, aunque todas ellas también podrían adscribirse por muchas razones a la de los músicos del 27. Después de estudiar con su padre, fue alumna en el Conservatorio de Madrid de Emilio Serrano, José Tragó y Valentín de Arín y Fontanilla. Emprendedora siempre, viajó a Múnich, donde tomó contacto con Richard Strauss, y luego a Berlín a fin de estudiar orquestación con Beer Wallermann.



Según el Catálogo de Compositoras Españolas del Centro de Documentación de Música y Danza, María Rodrigo estuvo también muy activa como pianista en el Teatro Real e incluso acompañó al mismísimo Miguel Fleta en sus giras. En 1933 accedió a la Cátedra de Conjunto Vocal e Instrumental del Conservatorio madrileño. Tras la guerra civil emigró primero a Bogotá. Allí impartió clases en distintos centros. Pero ante las revueltas de 1948 se trasladó, junto con su hermana Mercedes, psicóloga, a San Juan de Puerto Rico, donde coincidió con Casals. Y allí murió 17 años después, lo que pasó prácticamente inadvertido en su país.



Emilio Casares estima que la obra de María Rodrigo ha de ser adscrita fundamentalmente al nacionalismo, eso sí, veteado de influencias foráneas centroeuropeas. El cromatismo de la escritura se hermanaba con la línea galante impregnado de un sano postromanticismo sui generis; algo que se aprecia en su Quinteto para piano y vientos. Esta pátina, pero armada con una mayor originalidad, es la que envuelve a su ópera en un acto Becqueriana, para solistas y coro de voces blancas, con letra de los hermanos Álvarez Quintero, estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 9 de abril de 1915 y que ahora, en esta sesión del Auditorio Nacional, va a tomar cuerpo de nuevo.



Esta "auténtica delicia, a medio camino entre la exquisitez de Verlaine y la fantasía de Disney", como la califica Temes, esta imbuida en una buena parte de influencias wagnerianas. El soliloquio del Poeta Amor es engaño vano es uno de sus números más valiosos. Lo protagonizarán la soprano Ruth Iniesta, de espejeante timbre y fácil coloratura, y el tenor Alejandro González del Cerro, de atractivo vibrato; ambos lírico-ligeros y de agudo resuelto. En el programa anunciado se incluyen otras dos obras de la compositora: Rimas infantiles, glosas de canciones de corro, de 1930, y La copla intrusa. Se verán acompañadas de las Impresiones Sinfónicas de Calés Otero, que fuera catedrático de contrapunto del Conservatorio de Madrid.



Temes resalta que se trata de un Encuentro de la Orquesta Sinfónica del Real Conservatorio de Madrid, "en el que las jóvenes generaciones deben tomar conciencia de que la música es sobre todo cultura, historia y Patrimonio de un pueblo, de una nación". Participa también el Coro de Voces blancas María Rodrigo, a las órdenes de Raquel García Hervás. El director quiere destacar la colaboración crucial del Consejo Territorial de Madrid,de la SGAE/Fundación Autor y del CNDM.