Image: Póquer de pianistas

Image: Póquer de pianistas

Música

Póquer de pianistas

12 enero, 2018 01:00

Martha Argerich. Foto: Adriano Heitman

Cuatro pianos de primera. Las diamantinas pulsaciones de Martha Argerich, la exposición nítida de Yuja Wang, las líneas claras de Hélène Grimaud y la precisión de los ataques de Rosa Torres-Pardo pasarán estos días por los escenarios de nuestro país.

Caso curioso, digno de celebración, es el de que por las mismas fechas actúen en nuestro país, prácticamente a la vez, cuatro importantes pianistas.

Recordamos a la argentina Martha Argerich (1941) en un recital madrileño de principios de los setenta, en el Teatro María Guerrero. Ya en ese tiempo estaba en posesión de las virtudes que la han hecho famosa y que ha ido madurando. Su formación se fue cimentando con maestros como Gulda, Askenase, Curcio, Benedetti-Michelangeli y Magaloff, quien le traspasó la técnica de Raoul Pugno, heredada de Georges Mathias, discípulo de Chopin. El resultado de todo ello fue una suerte de precipitado lleno de aristas, claroscuros excitantes, diamantinas pulsaciones, ardorosas escaladas y restallantes ejecuciones, que hacían hervir cualquier piano e imantaban al público más diverso. Para su nueva presencia en España, concretamente en Madrid, el día 14 (en colaboración con el CNDM), y en Barcelona el 15 (Ibercámera), Argerich acude en compañía de uno de sus últimos colaboradores, el pianista italiano Gabriele Baldocci, con el que ya ha grabado un CD que contiene prácticamente las mismas obras de su recital, en el que se alternan los dos artistas a solo y en compañía, firmadas por Liszt (distintos arreglos operísticos), Schumann (Escenas de niños), Rajmáninov y Ravel (La Valse).

Yuja Wang. Foto: Ian Douglas

También el 15 inicia una gira por el norte de España la segunda pianista de nuestro pequeño friso, la china Yuja Wang, recién cumplidos los 30 años. En el Curtis Institute de Filadelfia estudió con el estupendo pianista y maestro Gary Graffman. Uno de los adjetivos que se pueden aplicar, así, de sopetón, a esta jovencita es el de deslumbrante. Es cimbreante como un junco, de toque preciso, de exposición nítida y luminosa, de control rítmico muy estudiado. No hay lirismo reconocible y quizá demasiada pirueta a veces; algo que la asemeja al espectacular Lang Lang. En otro orden de cosas, su concierto de hace un par de años junto a Kavakos con las tres Sonatas para violín de Brahms fue de alto interés.

En este recorrido hispano la pianista viene acompañada por la Chamber Orchestra of Europe, que preside su concertino Lorenza Borrani. Actúan, como se ha dicho, el 15 (Kursaal de San Sebastián). Y, en días sucesivos, en la Sociedad Filarmónica de Bilbao, en Baluarte de Pamplona, en el Auditorio de Zaragoza y en L'Auditori de Barcelona. Con un único programa: La bella Melusina y extractos de El sueño de una noche de verano de Mendelssohn y Concierto para piano n° 1 de Beethoven. Como traca final, Wang se exhibirá con el Andante spianato y Gran Polonesa de Chopin.

Hélène Grimaud. Foto: Matt Hennek

Decía Felix Müller que en el juego de Hélène Grimaud "la monumentalidad está enteramente subordinada a la búsqueda del sentido". Algo que hemos podido constatar más de una vez al escuchar a esta pianista francesa nacida en Aix en Provence en 1969, alumna de Jacques Rouvier y de Pierre Barbizet. En el Festival de La Roque d'Antheron, en 1987 recibió el beneplácito de Jorge Bolet. Es una artista culta y preparada, que busca lo intelectual antes que el pathos. Hay en su pianismo, sin duda, líneas claras, emociones controladas, heroísmo más interior que exterior. Y un ataque a la tecla muy matizado, practicado con finura y sensibilidad. Esta artista, tan proclive al ensimismamiento, se presenta el 16 en la temporada madrileña de La Filarmónica con la Orquesta Philharmonia de Zúrich y el competente maestro Fabio Luisi con el Concierto n° 4 de Beethoven. El 17 estarán en el Palau de la Música de Valencia y el 18 en el Auditorio de Alicante. Se interpretarán asimismo la obertura de Oberon de Weber y de la Sinfonía n° 5 de Chaikovski.

Rosa Torres-Pardo

La cuarta dama en liza es la madrileña Rosa Torres-Pardo, alumna de Joaquín Soriano. Siempre ha sido una arrostrada investigadora de las más diversas músicas y ha participado, como inquieta pasajera y protagonista, en infinidad de nuevas aventuras relacionadas con la música culta y popular, en busca de desconocidos o poco trillados senderos, que tocan lo folclórico, lo ligero, lo jazzístico y lo punk. Su afán investigador la llevó a penetrar en el mundo de la obra del Padre Soler, de quien ha grabado, con el Cuarteto Bretón, los Quintetos con piano. Torres Pardo siempre ha destacado por lo nítido de su pulsación, lo preciso de sus ataques, lo airoso de su juego agógico, lo contundente de sus visiones danzables. Recordamos vivamente una interpretación, ejecutada con invención expresiva de primer orden, del soleado Concierto breve de Montsalvatge. Su sentido del swing, su libertad en el uso del rubato dieron justamente lo que pide la composición.

Apetece penetrar en el universo que sin duda se va a alumbrar en el concierto que junto a ella van a protagonizar, mañana mismo (6 de enero), en el Auditorio Nacional, con el título de Tres por cuatro, los cantaores María Toledo (también pianista), Rocío Márquez y Arcángel, en el que se abordarán, desde una óptica muy especial, obras de Albéniz, Granados, Falla y Lorca. Además, se estrenarán composiciones de Sonia Megías, William Kingswood y Ricardo Llorca.