El disco que comentamos nos trae unos pentagramas pianísticos de la juventud del maestro, compuestos en su mayoría en su Granada natal. Tienen el aroma, la gracia y el perfume de toda su obra. Son piezas a cuatro manos o a dos (éstas, arregladas). Las catorce composiciones incluidas son de lo más variado, aunque en ellas abunde el monotematismo. Destaquemos el lirismo de La Barcarola o el tronío de la Danza gitana. En Noche en la Alhambra escuchamos ecos paisajísticos, brillantes escalas, cante jondo en la lejanía y la característica copla.
Podemos hablar también, brevemente, de Miguel, un vals ligero; de la Marcha mora, que asemeja un pasodoble; de Doli, delicada y soñadora. Ecoutez-moi parece un vals de Chopin y Pólvora sin humo, una polka. María Luisa es una deliciosa miniatura y en Las guajiras se esconde un cadencioso ritmo sureño. Todas ellas y las restantes son recreadas con garbo, estilo, pulcritud y espléndido acoplamiento por los dos pianistas del ya muy conocido dúo (Laura Sierra y Manuel Tévar). El CD va acompañado de un contemplativo DVD realizado por Antonio Vides, en el que se ven imágenes de Granada y Madrid, se escuchan las voces de expertos y se deja sitio a la evocación. Y se abre un hueco a la hija del compositor, Carmen Alonso de la Joya.