Miguel Poveda. Foto: Ana Palma
Uno de los protagonistas del verano musical será Miguel Poveda, que sube a los escenarios los temas de Enlorquecido y un repertorio puramente flamenco, del que saldrá un nuevo álbum. Siguientes paradas: Alicante (5) y Córdoba (7).
La segunda parte del concierto es una vuelta de Miguel Poveda al flamenco. "Soy cantaor y desde esa base me aproximo a otras músicas", ha declarado a El Cultural. Así que, aunque haya viajado por distintos géneros musicales, desde el fado a la canción andaluza, o desde la canción en catalán al tango argentino, su carácter es esencialmente flamenco. Con esos sonidos fue forjándose una vocación inalterable, y de la mano de esos sonidos regresa ahora con la intención de que, al ir grabando todas sus actuaciones, encontrarse al término de la gira con un material lo suficientemente válido como para llevar a cabo una selección de calidad y transformarla en disco. "A estas alturas no puedo encerrarme en un estudio para registrar una soleá o una seguiriya. Necesito un destinatario, cantarle a alguien, conectar con el público e intentar transmitir lo que siento. Mi propia naturaleza requiere la calidez y el vértigo de ese instante"."A estas alturas no puedo encerrarme en un estudio para registrar una soleá o una seguiriya. Necesito cantarle a alguien"
Una verdadera simbiosis se ha producido entre Miguel Poveda y Federico García Lorca. "Sumergirme en su obra ha supuesto un antes y un después en mi manera de ver y de entender la vida", ha dejado escrito en uno de los textos de presentación de Enlorquecido. "Leerlo continuamente, observar cómo se expresa, lo que opinaba del arte, del teatro, su compromiso con sus propios compañeros, cómo sentía la música, me conmovió, me zarandeó en lo más profundo de mi ser porque, además, lo contemplaba como un hombre con un sentido tan grandioso de la justicia y de la igualdad, del compañerismo desde el amor que, al final, quieres ser como él", manifiesta a El Cultural.
En efecto, Miguel Poveda, después de un apasionado proceso indagatorio, ha terminado identificándose con el poeta de Granada hasta tal punto que lo considera no sólo como un paradigma sino como una especie de alter ego. El espíritu de Lorca, como la sombra del ciprés que diera título a la novela de Delibes, es alargado y llega con todo su vigor hasta nuestros días para ser acogido por la sensibilidad exquisita del cantaor nacido en Cataluña, hijo de la emigración, que, al reconocerse plenamente en él, lo convierte en cante. "Además de cantarlo, asumí el riesgo de escoger los textos y ponerles yo mismo la música. Era la manera de descubrir las claves y sentir la punzada en el estómago conforme iba leyendo los poemas".