Image: Boccherini y Vivaldi, incendio en el Universo Barroco

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Música

Boccherini y Vivaldi, incendio en el Universo Barroco

5 octubre, 2018 02:00

Fabio Biondi y Josetxu Obregón

Europa Galante, con Fabio Biondi al frente, interpretará Las cuatro estaciones vivaldianas este domingo. Y La Ritirata, comandada por el inagotable Josetxu Obregón, presentará el próximo miércoles el hermoso Stabat Mater de Boccherini.

Vuelve con bríos renovados Universo Barroco, uno de los ciclos más señalados y triunfantes del CNDM. Nos adentramos en la última programación de Antonio Moral, primer director del organismo dependiente del Inaem, que deja voluntariamente la plaza tras hacer gala de una desbordante imaginación. Para abrir boca tenemos en este comienzo de curso dos conciertos verdaderamente apetitosos protagonizados por dos grupos de garantía, frecuentes visitantes del CNDM. Con músicas muy interesantes de Vivaldi y Boccherini. Rompe el fuego este domingo 7 Europa Galante con su director y fundador Fabio Biondi, magnífico violinista. En atriles uno de sus caballos de batalla, las Cuatro Estaciones, con las que prácticamente revolucionaron la discografía en 1990.

Aportaban y planteaban lo que en aquel momento parecían extrañas formas de ataque y acentuación, tomándose inesperadas libertades, aunque realmente no resultaran tan arbitraras en unas partituras que dejan un ancho campo de invención a los intérpretes. Nueva savia que otorgaba distintas luces al fraseo, a la gramática, a las dinámicas. Otros han ido incluso más lejos después, sobre todo en el aspecto rítmico y en la forma de administrar los tempi.

Será interesante ver qué cosas tiene todavía por decir Biondi sobre estos cuatro conciertos. Llevan divulgando la música barroca años y años, tratando de servirla desde criterios rigurosos y con instrumentos de época. El violinista -que formó, por cierto, hasta hace poco parte del triunvirato que regía el Palau de les Arts- tiene claras las razones por las que hoy el barroco está tan de moda: "Es un lenguaje que se fija muy fácilmente en la memoria. La gente sale de los conciertos tarareando sus melodías. Ocurría entonces y ocurre ahora. Es una música muy orechiabile, que puede funcionar hasta en un supermercado, algo impensable con Mahler, por ejemplo. Además, permite cierta informalidad. Yo nunca interpreto las Cuatro estaciones igual, siempre hay un margen para la improvisación, como en el jazz. Eso conecta muy bien con la gente joven, mucho más que la rigidez romántica o tardorromántica. Los instrumentistas se miran mucho, se sonríen...".

En el concierto se incluye además otra obra del Prete Rosso, una serenata, también bautizada como cantata, escrita para las bodas de Luis XV, con la que el compositor se aproximó al estilo francés: Dall'eccelsa mia reggia (Gloria e Himeneo o La Gloria e Himeneo) de 1725, Rv 687. En origen estaba prevista para dos voces femeninas, soprano y contralto, que hoy son a veces adjudicadas a contratenores, cuerda y continuo. La partitura conoció su publicación en 1967. Tiene una duración de más de 40 minutos. No hay duda de que estará bien servida en lo vocal ya que se cuenta con dos artistas de clase, eso sí, las dos mezzosopranos, sobradamente conocidas entre nosotros: Vivica Genaux, de timbre más claro, ligeramente velado, pero de infalible coloratura, y Sonia Prina, más oscura, experimentada en esta música, aunque más imperfecta y de volumen reducido.

No le va a la zaga en interés el concierto de La Ritirata, creada y presidida siempre por el chelista Josetxu Obregón, conocedor como pocos del universo boccheriniano, que lleva defendiendo tantos años. El espíritu verdaderamente fantasioso de este instrumentista, de tan fina sonoridad, de técnica tan pulcra, y su imparable curiosidad le han llevado a recuperar músicas barrocas y clásicas de alto valor; no sólo las del compositor de Lucca, afincado en España, en donde murió en 1805 (el Haydn español se le llegó a llamar). No hace mucho alabábamos la publicación de un espléndido disco con músicas quijotescas de Caldara. Y algo más atrás ensalzábamos su fidelísima y electrizante versión de los Cuartetos de Arriaga.

La manera cálida, atenta a la letra y al estilo, con la que el grupo se acerca a todo lo que interpreta deberá percibirse nuevamente en esta nueva aventura del CDMD el próximo miércoles en el Auditorio Nacional. Interpretará una de las obras del apartado quizá más famoso en la producción del autor: el de los quintetos de cuerda, que sólo fue abordado por él después de haber asegurado la del cuarteto y una vez instalado en España. En esas partituras se percibe, como en otras, que su música oscila entre un rococó galante, lo que parece difícil de discutir, algunas gotas emocionales del Sturm und Drang y un clasicismo equilibrado que apunta hacia la posterior gravedad romántica. Se interpretará el Quinteto en si bemol mayor op. 39 n° 1, Gérard 337 de 1787, que se aparta de la línea común a toda la serie: el segundo chelo es sustituido aquí por un contrabajo, lo que confiere un interés especial al concierto. No menos atractiva es la escucha de la obra que completa el programa, el muy hermoso Stabat Mater, op. 61 G 532, una partitura escrita a imagen y semejanza del tan famoso de Pergolesi, y que une a aquella disposición instrumental la voz de una soprano, en este caso la tan saludable de lírico-ligera de Nuria Rial.