Una ejemplar apuesta por lo español pone de manifiesto el Teatro Villamarta de Jerez a la hora de llevar a su escenario la Manon Lescaut de Massenet. Loable, sí señor. Porque ello no hace sino abonar la idea de que muchas veces con lo que tenemos aquí nos bastamos y sobramos; lo que no quiere decir, claro que hayamos de rechazar por principio lo foráneo.
Estamos ante una producción netamente nacional que subirá a la escena del teatro jerezano hoy para dar cuenta de las vicisitudes de una criatura a la que Massenet supo otorgar un encanto y una vida indiscutibles, en una pintura a veces blanda, ligeramente cursi, con ese típico olor a lavanda, que decía un estudioso malintencionado, propio del que en ocasiones desprenden las féminas, elegantes, discretas, finas… y apasionadas creadas por la sagaz y hábil pluma del músico, siempre refinado en los timbres, inspirado en lo melódico, ligeramente decorativo en las atmósferas y sensible en el tratamiento de las voces, que encuentran amplio cauce para el lucimiento.
La producción jerezana alinea un conjunto de grandes voces españolas: Sabina Puértolas, Ismael Jordi...
Manon Lescaut, que fue creada por Marie Heilbronn la noche del 19 de enero de 1884 en la Ópera Cómica de París, es papel adecuado para una soprano lírica o lírico-ligera. Sabina Puértolas, que lo canta en esta ocasión, es más lo segundo. Parece un personaje pintiparado para ella, que atraviesa una forma excelente, con la satinada y fresca voz, un inteligente y emotivo fraseo y unas dotes actorales de primera como armas principales. A su lado el Des Grieux del tenor local, el lírico-ligero Ismael Jordi, podrá exhibir su exquisito arte de canto, su línea, su buen legato y su control de reguladores; y las tan dramáticas y apasionadas expansiones de la escena de San Sulpicio.
Los barítonos Damián del Castillo, sólido y firme (Lescaut) y César San Martín, vigoroso y asentado (Bretigni), son los otros nombres principales de un reparto completado por Manuel de Diego (Guillot), Natalia Labourdette (Poussette), Marina Pardo (Rosette), Zayra Ruiz (Javotte) y Nuria García Arres (sirviente). En el foso la Filarmónica de Málaga a las órdenes de ese completo músico que es Carlos Aragón, que deberá otorgar la delicadeza y la pasión que pide Massenet. Todo ello bajo la óptica imaginativa del regista Alfonso Romero, que centra su mirada en Manon, un verso libre para quien, dice, “el mundo es un inmenso e inagotable campo de juego y fantasía; y es precisamente en esa fantasía donde se genera toda la escena”.