El nuevo director de la Semana Religiosa de Cuenca, Daniel Broncano, que lo es también del Festival de la Sierra del Segura, ha entrado con fuerza y tino en la muestra. Revela buen gusto, habilidad para el ensamblaje de estilos y orden. Es casi lógico que todo sea muy variado. Pero parece estar bien orientado, de tal manera que las casillas tienen buen encaje las unas con las otras dentro de una cierta lógica estética. Todo comenzó con un espectáculo de ballet a cargo de la Compañía Nacional de Danza que dirige Antonio Ruz: In Paradisum, una danza polifónica en busca de la espiritualidad con música de Tomás Luis de Victoria grabada por la Grande Chapelle.
La parte sinfónica de la Semana está bien poblada. La Orquesta y Coro Nacionales de España, ausentes en los últimos años, ofrecerán un manjar sustancioso en el que lo espiritual brilla también por encima de todo: la Misa en Si menor de Bach, que interpretarán el domingo bajo el mando de su titular, David Afkham, en el Teatro Auditorio de la ciudad castellano-manchega. Al día siguiente, otro notable conjunto sinfónico, el de Castilla y León, a las órdenes del mexicano Carlos Miguel Prieto, presentará el Concierto venezolano de Paquito D'Rivera, que tocará el gran trompetista venezolano Pacho Flores.
Lo propiamente sinfónico se cierra con el Coro y la Orquesta de la Ciudad de Granada, que acometerá un elevado programa mozartiano: Sinfonía nº 41, Júpiter, y Misa en Do mayor, de la Coronación. Lucas Macías, con su aplomo habitual, empuña la batuta. El mismo día, 13, pero por la mañana, se abrirá la puerta al esperado estreno de la Semana (y que no falte): Altera Bestia, del tan inspirado en los últimos tiempos Jesús Torres (recordemos su estupenda ópera breve de hace unos meses: Tránsito). Obra para soprano (Isabella Gaudí, una lírico-ligera bien perfumada) y 16 instrumentos; que serán los muy adiestrados del Plural Ensemble de Fabián Panisello. El programa se completa con el arreglo de Klaus Simon de la Primera Sinfonía de Mahler.
De alta espiritualidad, tan conveniente siempre en esta Semana, es el concierto gregoriano, a cappella, del exquisito contratenor José Hernández Pastor en la iglesia de Alarcón, frente a los murales de Jesús Mateo. Y de evidente significado intelectual el del pianista Moisés P. Sánchez en torno al Tractatus de Wittgenstein. Mayte Martín, una cantaora muy sui generis, ofrecerá sus quiebros y el clarinetista David Orlowsky y el grupo vocal Singer Pur servirán piezas de Gesualdo, Palestrina y Martin Portrat.
El reconocido y joven Cuarteto de Cremona por partida doble (Ravel y Beethoven; Mozart, Golijov, aquí junto al citado Orlowski), el trompista sin brazos Felix Klieser, que maneja las clavijas con el pie, la veterana soprano Barbara Hendricks (blues, jazz, gospels espirituales), el Coro de la Comunidad de Madrid, el proyecto LaLAB (Oficio de Tinieblas en Uclés), el viaje musical medieval del grupo femenino Egeria y, como remate de la muestra, La Ritirata de Josetxu Obregón (oratorio Il giardino di rose de Alessandro Scarlatti) terminan de dar lustre a las imaginativas propuestas de esta 59ª Semana Religiosa de Cuenca.