Vuelve Javier Perianes al ciclo Grandes Intérpretes de Scherzo en un momento en el que su técnica y su sensibilidad han alcanzado una muy considerable altura. El pianista onubense es ya un maduro artista tras un largo proceso evolutivo, un trabajo desentrañador permanente y una adecuación estilística muy cuidada. Pianismo pausado, muy meditado y expresivo el suyo, en el que la técnica se da por asumida y ya solo queda profundizar en los autores a interpretar, a la búsqueda de esa unión hipostática entre el mensaje escrito en el pentagrama y la manera de ser descifrado por el traductor a sonidos.
Y los que manan de las manos del artista poseen toda la amplitud y la profundidad exigidas; hasta el punto de que la escucha se hace fácil, comprensible y marca elevadas alturas espirituales. En este caso, este 18 de abril, y dentro de este curso dedicado a los cien años del nacimiento de Alicia de Larrocha, el artista nos propone un programa “schumanniano” que va a interpretar también a lo largo de una extensa gira por España y otros países, y que incluye dos juegos de variaciones, las de Clara sobre un tema de su marido, Robert, y las del gran amigo de la familia, Johannes Brahms, sobre un tema del propio compositor de Zwickau, de quien se toca también la Sonata nº 3 (que incluye el Andantino de Clara) y, para cerrar, nada menos que el cuaderno Goyescas de Granados, que el pianista va a grabar a primeros de mayo en el Auditorio de Zaragoza.
La obra de Clara se publicó como su Opus 20 en 1854, cuando Robert estaba ya hospitalizado después de su intento de suicidio. El tema se compone de tres secciones. La primera consta de dos frases con la melodía principal en la voz superior. Lo curioso es que varios años más tarde apareció otra obra basada en el mismo tema firmada por el íntimo amigo Johannes Brahms, y que escucharemos en esta misma sesión.
Los sonidos que manan de las manos del artista poseen toda la profundidad exigidas; hasta el punto de que la escucha marca elevadas alturas espirituales
Brahms tenía 20 años cuando acomete estas variaciones sobre un tema de su protector, el elegido por Clara, con quien el hamburgués había pensado hacer una obra conjunta, lo que finalmente no se llevó a cabo. Brahms dedicó la partitura a la joven esposa, que acababa de ser madre de su último hijo, Félix, del que Brahms sería padrino, con la inscripción siguiente: “Pequeñas Variaciones sobre un tema de Él dedicado a Ella”. Es una obra de un muy puro romanticismo y de una inspiración y delicadeza innegables que, desde luego, no tiene nada de "pequeñas".
La suite pianística Goyescas, que más tarde proporcionó material para la ópera del mismo título, es la más famosa de Granados. Sus primeros esbozos datan de 1909. Los cuatro números iniciales se estrenaron el 11 de marzo de 1911; los dos restantes en 1913. El músico quiso retratar determinados elementos del carácter y de la vida de su país: “Coincidiendo con ello tenía muy en cuenta los tipos y las escenas tratados por Goya. Me enamoré de la psicología de Goya; de su paleta. De él y de la Duquesa de Alba, de su maja señora, de sus modelos, de sus pendencias, amores y requiebros...” Sin duda la pieza más conocida de la obra es La maja y el ruiseñor, una especie de diálogo entre la maja y el pájaro. El autor se inspiró en la canción popular Una tarde que me hallaba en mi jardín divertida.
[Alicia de Larrocha, notas para un genio]
Perianes es Premio Nacional de Música 2012, Artista del Año 2019 de los International Classical Music Awards (ICMA) y Medalla de Honor del Festival de Granada como reconocimiento a su larga relación con el certamen, donde ha sido Artista en Residencia en 2021. Artista exclusivo del sello harmonia mundi, su último proyecto discográfico está dedicado a las Sonatas nº2 y nº3 de Chopin junto a las tres Mazurkas op. 6