Noviembre es un mes eminentemente jazzístico. La confluencia de festivales en España ha propiciado una oferta variada y atractiva para los aficionados a este género nacido en los Estados Unidos afromericanos que, luego, conquistaría el mundo por su facilidad para combinarse con otras músicas, como por ejemplo nuestro flamenco. De esas mescolanzas incesantes a lo largo de décadas quiere dar cuenta JazzMadrid (ciclo Villanos del Jazz incluido), con el programa confeccionado por Luis Martín, su director artístico.
Las propuestas, por su número y calidad, apabullan. Hasta el 30 de noviembre, en sedes como el Teatro Fernán Gómez o los Teatros del Canal, la capital concentrará a artistas de primera fila con discursos y estilos muy diversos, pertenecientes a generaciones sucesivas que se han ido transmitiendo la llama original. Clásicos y contemporáneos conviven por unos días. Entre los primeros, merece mención de honor Ron Carter, al que un desafortunado accidente lo sacó del cartel el año pasado. Algunos aquí, con guasa, le llaman el Lope de Vega de las grabaciones: más de 3.500 sesiones de estudio luce en su currículo. Una carrera fructífera que arrancó con 18 años. Formó parte de una sección rítmica legendaria, con la que, junto a Herbie Hancock y Tony Williams, acompañaron a Miles Davis. Ahí es nada.
En la categoría de clásico se enmarca con todo derecho el guitarrista Mike Stern, que también trabajó con Davis. Viene flanqueado por su banda para seguir mostrando amplitud de miras y alergia a los caminos trillados. En 2019 ya pasó por el Fernán Gómez, poniendo al personal de pie en los últimos compases de su recital. Le secundarán el baterista Dennis Chambers y el bajista eléctrico Jimmy Haslip. A las teclas, la sonoridad rotunda de Jeff Lorber. Otro histórico presente será Bill Cobham, cuyo álbum Spectrum (1973), con su fusión de soul, rock y funk, es un parteaguas en la historia del jazz. Y si de clásicos se trata, sería un pecado soslayar a la contralto, pianista y compositora Patricia Barber. Pura intensidad emocional.
[¿Tiene el jazz fuertes raíces en nuestra cultura?]
Más leyendas: Mulatu Astatke, venerable músico, compositor y arreglista etíope que empezó a conocer gracias al empujón mediático que le dieron los hiphoperos estadounidenses, que encontraron en él un venero inspirador. Cambiando de tercio, entre los jóvenes, hay que citar forzosamente a Tigran Hasmayan, encarnación de un sustancioso cruce cultural que parte de su Armenia natal. A Hasmayan, por cierto, también lo podremos ver en el Voll-Damm Festival Jazz de Barcelona, que, en inteligente sinergia, comparte varios nombres con Madrid. La juventud trompetera de Andrea Motis también se desdobla en Madrid y Barcelona. Niña prodigio que ha ido con el tiempo ha asentado su propia voz, codiciada hoy por los programadores.
Doblete hará asimismo, Bebel Gilberto, hija de Joao Gilberto, con más de dos millones de discos vendidos. Saudade y ritmo incardinados que esta vez se prestan a versionar a su padre, en una cita que promete generar nostalgias y catarsis. Con él empezó a cantar cuando era niña. Y, desde 2019, la intérprete y compositora brasileña lo lleva en el corazón, donde reverbera cada vez que sale al escenario. La portuguesa Maro ofrecerá, también en ambas ciudades, muestras de su valía artística, que va mucho más allá de su representación de Portugal en Eurovisión. Es un ejemplo paralelo al de su compatriota Salvador Sobral, ganador del festival eurovisivo en 2017 pero que es un músico con una talla que va mucho más allá de la celebridad catódica.
El zafarrancho de JazzMadrid también abarca a Cécile McLorin, Charles Lloyd, Rabib Abou Khalil, Fatoumata Diawara, Moisés P. Sánchez (imprescindible siempre)… Dentro de Madrid, pero con una propuesta más acotada y a su vez más extendida (dura varios meses), está también Jazz Círculo, con un plantel, de nuevo, abigarrado y ecléctico. Con ese espíritu ensarta, por ejemplo, al maestro flamenco del piano Dorantes con el soberbio saxofonista rapero Escandaloso Xposito.
El CBA acogerá, por otro lado, la II edición del Certamen de Big Bands (Clandestina Big Band, The All Night Long Big Band y Creativa Grand Ensemble). Hay hueco asimismo para una rara avis como el saxofonista Enric Peidro, que se presentará con su Swingtet, un conjunto mutante que a veces se convierte en noneto y que tiene cuatro discos grabados. El jazz más libertario y audaz está representado por la baterista y compositora viguesa Lucía Martínez, que comparecerá con The Fearless, una alianza nacida en Berlín.
Otro concierto que corona la programación del CBA es el convocado por Rafael Lechowski, con un espectáculo que mete en la coctelera poesía, rap, jazz y slam. Fuera de las dos grandes capitales, el jazz también se hace fuerte en Palencia: Mike Stern, Kyle Eastwood, Camille Thurman… A esta última también la encontraremos en Granada junto a Stacey Kent, Elia Bastida, Robin McKelle, Darrell Green…