"No nos echan, nos vamos". Esta frase con vocación de eslogan incluso podría haber sido el título de la última gira de Los Chichos, Hasta aquí hemos llegado, que arranca en marzo de 2024, año en que se cumplirá el cincuentenario del lanzamiento de Ni más ni menos, su primer álbum. Para los creadores de canciones tan icónicas como "Quiero ser libre", "Yo quiero a Mai", "La historia de Juan Castillo" o "Son ilusiones", el "mayor triunfo" es irse voluntariamente y, además, "por la puerta grande".
En efecto, la gira que clausurará su trayectoria artística comenzará el 2 de marzo en Bilbao y hará parada en espacios tan imponentes como el Wizink Center, donde nunca antes habían actuado. "Hasta el otro día hemos estado haciendo conciertos de primera división, los que vienen ahora son de Champions", asegura Emilio González “Junior”, hijo de Emilio González Gabarre y sobrino de Julio González Gabarre, los otros miembros del grupo.
Junior ingresó en la banda tras la salida en 1990 del emblemático "El Jeros" [Juan Antonio Jiménez Muñoz], "el del medio de Los Chichos" (Estopa dixit), autor de canciones como "El Vaquilla" y fallecido en 1995.
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Aunque es el más joven del trío, considera que "el cuerpo ya ha aguantado bastante". "Hasta ahora hemos sido como los relojes suizos, que son los mejores, pero los relojes suizos también se paran", apoya Julio. La posición de Junior en la mesa del salón Alcalá del madrileño Hotel Wellington, donde nos recibieron en la tarde de este miércoles, resulta reveladora. A dos sillas de distancia de su padre y su tío, es el que baja a la tierra las declaraciones de los más veteranos, aunque es perfectamente consciente de la dimensión del grupo, al que pertenece desde hace tres décadas.
No es fácil transcribir una entrevista de Los Chichos, dicho sea de paso. El discurso no es precisamente articulado, se interrumpen constantemente y no siempre manifiestan la misma postura ante nuestros envites, pero esto mismo confiere una naturalidad al encuentro que hace que sea tan agradable, sincero y auténtico como ellos, que siguen viviendo en su barrio de Vallecas.
Cuando les preguntamos, por ejemplo, si son conscientes de lo que significan Los Chichos en la sociedad española, los hermanos se muestran convencidos: "Por supuesto". Además, "de los barrios somos los dueños, esa es la gente que compra los discos", añade Julio, el más activo en la entrevista. Junior, en cambio, no acaba de creerse que haya gente que se desplace 400 kilómetros, "con todos los gastos que eso supone".
Y ahora que está en boga el debate sobre lo que es flamenco y lo que no, ¿consideran que forman parte de la historia del flamenco? Esta cuestión genera entre ellos aún más controversia. “Somos parte del flamenco porque los flamencos nos admiran, aunque nosotros hacemos flamenquito: baladas bonitas, modernas y flamencas", asegura Julio, que sentencia más que habla.
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"Es que nosotros además cantamos flamenco”, añade Emilio, que luego matiza: “Nosotros hacemos un flamenco pop que gusta a los flamencos”. Junior, por su parte, no lo tiene tan claro: "Lo que nosotros hacemos no es flamenco, aunque los dejes y las cadencias caigan ahí”.
Es muy recurrente hablar de Los Chichos como influencia imprescindible para grupos como Estopa, por ejemplo, u otros solistas como Alejandro Sanz. Pero ¿cuáles fueron los referentes de Los Chichos en los años 70? Conviene recordar que su primer álbum, Ni más ni menos, data de 1974, esto es, un año antes de la aparición de Nuevo día, de Lole y Manuel, y cuatro antes de La leyenda del tiempo, de Camarón, considerados dos de los discos pioneros del flamenco fusión.
Emilio concede que Paco de Lucía y Camarón fueron referentes, pues fue el padre del guitarrista, Antonio Sánchez, quien les condujo por primera vez a un estudio. A propósito, Junior recuerda que en los albores de aquellos años 70, Camarón, Paco de Lucía y Los Chichos eclosionaron con la misma compañía, Fonogram, empresa que acabaría transformándose en Universal.
"Nosotros no tenemos influencia de nadie —replica Julio—. Por antonomasia tenemos una idiosincrasia genuina e innata", añade. Respecto al cantaor y al guitarrista, a quienes respeta y admira, considera que "en el flamenco eran los mejores, los number one. Pero nosotros fuimos con la rumba y la balada, la melodía y la letra, no tenía nada que ver. Fuimos genuinos. Éramos autodidactas, creadores... Los que copian son los mediocres, mientras que los genios roban. Y nosotros robábamos las esencias", relata.
La banda sonora del cine quinqui
Las canciones de Los Chichos fueron la principal banda sonora del llamado cine quinqui durante la transición. Esa etiqueta, vinculada a las drogas y a los poblados chabolistas, les parece "un calificativo peyorativo". "Son películas sobre la delincuencia en los barrios, pero eso no tiene porque ser quinqui", asegura Junior. "Y con la implicación de que con la palabra quinqui te refieres a los quinquilleros", apunta Julio, que lo considera reduccionista.
Después de colaborar con Eloy de la Iglesia en la película Miedo a salir de noche (1985) con temas como "Mala ruina tengas", "Vivía errante" y "No llores niña", un lustro después José Antonio de la Loma les llamó para proponerles hacer la canción original de Yo, el Vaquilla (1985), un biobic con retazos documentales sobre el famoso delincuente Juan José Moreno Cuenca. "Fue el propio Vaquilla el que pidió que la banda sonora fuese de Los Chichos", aseguran quienes incluso se desplazaron hasta la cárcel de Ocaña para conocerlo. “Nuestro compañero El Jeros hizo amistad con él, más que nosotros”, aseguran.
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Por cierto, ¿qué consecuencias tuvo la salida del grupo de El Jeros? "Cada uno hacía sus canciones, así que su marcha no influyó para que ellos siguiesen componiendo", opina Junior, su sustituto. "Obviamente, era un peso pesado, pero no imprescindible", añade. Julio, por su parte, se muestra poco menos que a la defensiva: "El Jeros decidió marcharse porque le vino en gana, tenía otras perspectivas, así que empezamos a trabajar nosotros. Sin estar él, hicimos Ladrón de amores (2001) y triunfamos por todo lo alto".
"Jeros tuvo una sensibilidad especial cuando estaba con nosotros, cuando hizo "El Vaquilla", por ejemplo, —matiza Julio—, pero cuando se quedó solo ya cambió, ya no era lo mismo. El que se va siempre pierde. Lo mismo que pasó en Pink Floyd. Nosotros seguimos aquí y vamos a cumplir 50 años", sentencia.