En la mitología griega, una gorgona era un despiadado monstruo femenino con serpientes en el pelo. Su poder era tan grande que cualquiera que intentase mirarla quedaba petrificado. En la cultura musical española, Zuleima del Pino González González (Las Palmas, 1998) lleva el símbolo de una serpiente tatuado en la frente y con sus ojos grandes penetra el mundo y lo traduce en armonías.

Conocida artísticamente como Ptazeta, se agarra a sus raíces canarias y desprende esa energía isleña a través del cante urbano. Gorgona es el título de su nuevo álbum, en el cual investiga y disfruta de varios estilos musicales. Electrónica, reggaeton, el tradicional hip hop americano y el rap puro y duro. Desde la isla, sus serpientes están dando la vuelta por todo el mundo.

Con solo una canción en YouTube y pequeñas piezas musicales, llegó a los oídos de Bizarrap, el más que conocido productor musical, que la convocó para la Music Sessions, Vol. 45 y le abrió la puerta al mundo de la industria musical. Ptazeta lleva cinco años en la escena, pero dice que aún siente que está empezando. "La experiencia se gana y ahora tengo la visión más clara", afirma la gorgona.

La cantante cuenta que cuando se creó una cuenta de Instagram no sabía que nombre ponerle y la combinación de las palabras la inspiró. "Pta de peta y zeta de Zuleima", explica riéndose. Al mismo tiempo, los famosos paquetes de Peta Zetas, el "polvo picapica", como lo llama ella, son las clásicas chuches que explotan en la boca. "Me gustaba esa palabra. Me daba la sensación de una explosión, así como la música trap".

En este nuevo álbum la explosión es total. "He intentado representar estéticamente lo que significa para mí la gorgona. Me siento muy identificada con ella. Siento que es una historia con mucha fuerza, que da valor al feminismo". Tiene el pelo largo y liso, tatuajes por toda su piel, un estilo de hablar y de moverse todo suyo. Natural. No hay artificios en ella.

Romper los esquemas

Esta naturalidad ayudó a Ptazeta a romper barreras. Ella es la primera rapera que canta a "las pibas" desde el género urbano. Todos la conocen por su tema Mami, que se convirtió en un himno de la comunidad LGTBI y del lesbianismo. "El feminismo no tendría que llamarse aún feminismo porque debería ser algo ya integrado en todo el mundo, porque todos somos iguales y hay que metérnoslo en la cabeza". Con su música, Ptazeta deja todos los estereotipos atrás y reivindica la necesidad de amar en todas las formas.

"Yo soy mujer, me siento orgullosa de mi sexualidad y estoy preparada para romper todas las barreras". Ptazeta está triunfando en la escena del rap, un mundo dominado por los hombres. "Es verdad que la diferencia se ve y siempre lo he dicho, pero yo hasta ahora no me he sentido discriminada por ser mujer. No me han hecho daño en ese sentido. Pero es una realidad que le ha pasado a muchas compañeras mías".

Con 14 años ella era la única chica en las "peleas de gallos", las batallas de freestyle. Pero creyó en sí misma y siguió rapeando sola, abriéndose camino en un mundo poco transitado por mujeres. "Nuestro trabajo es estar ahí para cambiarlo, para que se normalice y para que las mujeres no sean el grupo minoritario".

Seguir su instinto y no esconder sus deseos es lo que la ilumina. "Al final para mí el rap es algo natural. No puedo hablar de una experiencia con un hombre si nunca la he tenido y si no me siento representada. Sería como mentir a la gente".

Ptazeta en la terraza del hotel Bastardo, en Malasaña (Madrid). Foto: Angelica Rimini

El 3 de julio, el escenario de la plaza del Rey acogerá a Ptazeta, La Zowi y María Peláe para cantar en las fiestas del Orgullo de Madrid. "Me siento orgullosa todo el año de ser lo que soy, pero ese día estoy más contenta de ver que la gente se deje ver como es y se respete. Es una celebración bonita y, a la vez, una lucha constante".

Ptazeta considera que debemos dejar de etiquetarnos constantemente. "Está bien que todo tenga un nombre pero Zuleima [su nombre real] no es una etiqueta que tenga que llevar todo el rato". Según ella, hasta dentro del mismo colectivo se dan críticas muy duras. "No nos podemos quejar de las críticas de personas que tienen una idea de la vida diferente y a la vez criticarnos entre nosotros tan duramente. Que cada uno haga lo que quiera".

Una fiesta urbana 

La sala Basement de Madrid, en el barrio de Chamberí, recogió a más de 200 personas para presentar el nuevo álbum de Ptazeta. Una alfombra roja conducía a todos los invitados a un espacio para el photocall con los artistas. Cervezas gratis y tatuajes en directo. Un espacio para jugar al beer pong y perritos calientes recién hechos. Reggaeton y la pista de baile llena. Todo estaba hecho para transmitir en directo los nuevos temas del álbum con sus correspondientes vídeos.

Una fiesta urbana en todos los sentidos, así como es ella, con su chándal negro de Adidas, las Air Force blancas y los tatuajes bien visibles. La cantante se mueve entre los invitados con una naturalidad sorprendente. Claro que está nerviosa y no lo disimula, pero habla con todos y su alegría inunda toda la sala.

En medio de toda esa gente que la apoya, Ptazeta se conmueve. "El año pasado yo no estaba bien y ahora me siento mejor que nunca, paso a paso les prometí que volvería y aquí estoy. No voy a parar". Al día siguiente, en una terraza del hotel Bastardo, en plena Malasaña, al aire libre, cuenta que pasó por unos años más duros. "Fue una etapa más floja a nivel creativo, porque no estuve bien conmigo misma". Pero, como prometió, volvió con 21 temas nuevos recogidos en un nuevo proyecto.

Ptazeta en la fiesta de promoción de su nuevo álbum, en la sala Basement de Madrid. Foto: Management de Ptazeta

"Ha sido un proceso creativo que ha salido de manera muy espontánea, no quise descartar nada, por eso hay tanta cantidad". Cada canción del álbum está dividida en capítulos visuales en torno al mundo de las motos, que han sido rodados en España, Argentina, México, Puerto Rico. El álbum destaca también por la cantidad de colaboraciones, entre ellas las de Omar Montes, Lola Índigo, West Dubai, Lit Killah, y Lucho RK.

Ptazeta cuenta que el rap forma parte de su vida desde que era pequeña. "Es uno de los estilos que más me representa. Acudo al rap cuando peor me siento". Por esto, el álbum representa la transformación, el renacimiento como un ave fénix resurgiendo de las cenizas o como una gorgona, fuerte como la piedra.