A sus 72 años, Chrissie Hynde sigue siendo aquella jovencita que se largó de una pequeña ciudad de Ohio para perseguir el rock and roll y acabó liderando una de las bandas británicas más importantes de la década de los ochenta.
La frontwoman de Pretenders pareció encontrarlo anoche en Madrid, en el ciclo de las Noches de Botánico, un pequeño oasis dentro de la capital donde todavía es fácil (y cómodo) disfrutar de la música en directo. "El rock no se hizo para llenar estadios", dijo una vez Haynde, y no se equivocaba.
Icono de ese espíritu underground desarraigado, la septuagenaria es una superviviente del rock. También de la banda, a la que consiguió sacar adelante tras las muertes de su guitarrista y su bajista, James Honeyman-Scott y Pete Farndon, en los años 80 debido a la adicción. Fue capaz de sobrevivir y prosperar en la industria musical marcando sus propios ritmos y tomando sus propias decisiones.
Fetichista, grupi, andrógina, sexi, rebelde y feroz, la vocalista llegó a la capital con su carisma punk y su voz grave intacta para deleitar al público con un breve repaso a la extensísima e inagotable trayectoria musical de la banda, acompañada por la formación de sus últimos años, con James Walbourne a la guitarra y Carwyn Ellis al teclado.
Todavía anochecía en el Jardín Botánico cuando Haynde, con americana blanca impoluta y sus habituales botazas de caña alta, salió al escenario encarnando el prototipo de chica de los ochenta. Misma actitud, mismo flequillo, solo un poco más canoso.
Puntual, arrancó con Let the Sun Come In, de su último álbum Relentless (2023). Un poco más tarde, lo hizo el público, lleno de rockeros de mediana edad, a los que les costó entrar en calor un par de canciones, concretamente cuatro, con la mítica Kid. Después llegó Time the Avenger, del álbum Learning To Crawl (1984), que cumple la friolera de 40 años.
Haynde, que había subido al escenario de forma discreta, se mostró agradecida de estar en Madrid y empezó a soltar la lengua, dedicándole uno de sus hits, Message of Love, a su primer productor, Chris Thomas. Aunque la sorpresa llegó cuando le dedicó Hymn to Her a Pedro Almodóvar.
"Pedro es de Madrid y ha hecho algunas de mis películas favoritas. Si estás hoy aquí, esta canción es para ti", reveló la vocalista, que no tardó en quitarse la chaqueta para tocar Back on the Chain Gang y demostrar que el rock también se puede bailar.
Para cuando dieron las once de la noche, Haynde tranquilizó al personal: "España 4-1", anunció y celebró la victoria de la selección española de fútbol con uno de los himnos de la banda británica, Don't Get me Wrong. Otra de esas canciones, junto con I'll Stand by you la que cantaría más tarde, que demuestran la versatilidad de la cantante, capaz de combinar a la perfección su garra más punk-rock con una más dulce, irresistible para cualquier comedia romántica de los 90.
A la líder de Pretenders no le hace falta hacer virguerías en el escenario para derrochar presencia escénica, pero no dudó en darle el protagonismo que merecía a su "juvenil" banda. En concreto al guitarrista James Walbourne, quien hizo tal alarde de virtuosismo que el público olvidó que hace solo un par de días, en el festival británico Isle of Wight, Johny Marr subió a tocar con el grupo.
Haynde, que parece resistirse a ser solo una vieja gloria, tocó tres canciones seguidas de su último álbum, donde destaca Losing My Sense of Taste en la que la artista se confiesa: "Debo estar pasando por una metamorfosis, una demencia senil o algún tipo de psicosis / Ya no me importa el rock and roll". Pero ¿cómo no va a importarle el rock and roll a Chrissie Haynde?
Break Up the Concrete, Tattooed Love Boys, Bad Boys Get Spanked y, sobre todo, Middle of the Road demostraron lo contrario. Cuando iba a hacer hora y media de concierto, la cantante volvió a salir para cumplir con los bises. Primero fue Stop your Sobbing y colgó la guitarra con Mystery Achievement.
Casi de forma abrupta, dejó al público con la miel en los labios, tarareando la melodía de Brass in Pocket. Hubo incluso quienes dijeron que habían sido "vacilados". Quizá olvidaron que Chrissie Hayne es de esas que solo siguen sus propias reglas.