Los fogonazos de una tormenta cercana se mezclaban con los de los focos durante el concierto de Yves Tumor en la segunda jornada del festival Kalorama Madrid, este viernes. La estampa era bella. Su rock electrónico rabiosamente contemporáneo de reminiscencias industriales y góticas se hicieron con el festival hasta que la tormenta decidió arrimarse y unirse a la fiesta. El músico afroamericano tuvo que adelantar unos minutos el final de su concierto de manera abrupta. Carreras, risas, jolgorio, caos y miles de personas caladas hasta los huesos.

Tras una primera jornada en la que reinó LCD Soundsystem, los avisos meteorológicos se cumplieron y una enorme tromba de agua alteró drásticamente el curso de los acontecimientos. Algunos buscaban refugio bajo el minúsculo toldo de las barras, otros bajo los árboles. Todo inútil. La organización reaccionó rápido y habilitó el pabellón 3 de Ifema para que la gente se refugiara de la lluvia. Ropa tendida, charlas distendidas, complicidad y paciencia hasta que la lluvia amainó.

La tormenta se saldó con la cancelación de Raye, en plena tormenta. También se canceló el concierto de Soulwax, que debían actuar al final de la noche, cuando la lluvia ya había soltado a su presa, pero se les había mojado el equipo. Una pena. Overmono y The Prodigy salvaron la noche.



La tarde había empezado bien, con Yard Act animando el cotarro con el carisma expansivo de su líder. Después Gossip, resucitados desde su época de esplendor en 2009, ocuparon el escenario uno con su rock bailable y la voz estentórea de su cantante, Beth Ditto. “Empezamos el grupo cuando tenía 18 y ahora tengo 43, lo cual significa que estoy un poco cansada. Pero solo un poco”, advertía la cantante, haciendo notar que la vida del músico siempre es más bonita vista desde fuera.

Beth Ditto, cantante de Gossip, durante la actuación de la banda en Kalorama Madrid, este viernes. Foto: Sergio Albert

Overmono, con su electrónica abrumadoramente festiva y contundente, salvó los muebles. Ya nadie se acordaba de la lluvia. A pesar de la ropa interior mojada, las manos se alzaban en el aire al son de la música y de unos visuales protagonizados por perros rabiosos.

Después The Prodigy, siempre con el desaparecido Keith Flint en el recuerdo (un asistente, a modo de homenaje, iba disfrazado de él, con sus crestas verdes y su camiseta con la bandera estadounidense), secaron los ánimos con su apisonadora breakbeat. Los calcetines aún hacían chof chof dentro de las zapatillas pero ya nada importaba. Los pogos y la cerveza combatían la humedad al ritmo de “Firestarter”, “Omen” y la incorrectísima letra de “Smack My Bitch Up”. Maxim Reality fue el poderoso maestro de ceremonias que el festival necesitaba en ese momento. “Are you with me?”, gritaba entre canción y canción, asegurándose de que nadie se quedara rezagado en su trayecto hacia el éxtasis.

La incombustible banda británica alargó su actuación para compensar la posterior cancelación de Soulwax, y en la última media hora de festival, la carpa electrónica cobijó a los que se habían quedado con ganas de más, todos al cuidado del colectivo Ego-Trip, que marcó los últimos compases de la noche a ritmo vertiginoso.

Este sábado, si la climatología lo permite, la primera edición de Kalorama Madrid culminará con las actuaciones de nada menos que Massive Attack, Jungle, Sam Smith y Peggy Gou, entre otros.