Camarón en unas nuevas grabaciones inéditas: un directo en Oviedo resucita al "Picasso del flamenco"
- Figuras como Rosalía o C. Tangana reflexionan sobre su legado en el libreto del álbum. Hablamos con el productor, Luis Monge, hijo del cantaor.
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Treinta y dos años después de su muerte, la vigencia de Camarón es indiscutible. Cada día que pasa su leyenda se agiganta. Los acólitos se suman a la veneración de quien fue considerado rey del flamenco y dios de los gitanos. Hay casos, incluso, en los que el misterio en torno a su inmortalidad, innegable para muchos, multiplica su alcance. Una grabación inédita en directo del cantaor de San Fernando (Cádiz) en Oviedo nos lo devuelve vivísimo, esto es, desgarrado y rutilante. Una vez más incomparable, aunque el recital en el que participó junto a Tomatito se celebrara solo unos meses antes de su desaparición (de su ascenso) en 1992.
Sucedió en la Plaza de Toros de Buenavista el 13 de septiembre de 1991. Eran las fiestas de San Mateo y, según recuerda el periodista Javier Blanco, testigo presencial, "el previo del concierto tuvo detalles de tensión". No todos estaban convencidos de que Camarón, enfermo ya de cáncer, aparecería para deleitarles. Pero "don José salió y convenció", asegura Blanco. "Y no se despedió". Sus declaraciones están recogidas en el libreto que acompaña a la grabación, cuyo lanzamiento verá la luz bajo el auspicio de la discográfica Universal este viernes en formato casete, cd y una edición limitada de vinilo.
"Bueno, señores, buenas noches. Voy a empezar cantando un poquito por alegrías y luego me pedís lo que queráis. Gracias". Sintético y diáfano, como lo fue en su vida; así se presentó el artista ante el emocionado público ovetense, que se vio sorprendido al ser interpelado por unos tarantos abisales. "Un niño como un león / arañaba con las uñas. / Hubo una derrumbación / en una mina de Asturias / su padre dentro quedó". En ese momento Camarón estaba tocando el cielo. Los titubeantes inicios, propios de quien necesita calibrar el terreno antes de pisar firme, fueron solo la antesala de una noche gloriosa.
Esto es lo que debió pensar Boby García, técnico de sonido en aquel concierto, cuando encontró aquella joya olvidada en una caja de cartón durante la pandemia. Contratado por el Ayuntamiento de Oviedo en la noche del 91, decidió inmortalizar el concierto con una grabadora digital Yamaha, a la última en su época, que acababa de comprarse. El sonido es un prodigio en su resultado final. Cuando casi treinta años después volvió a escuchar aquel directo, conservado en una cinta de audio digital, comprendió que no podía estar más tiempo arrumbado.
A través de Tino di Geraldo, percusionista de Paco de Lucía entre otros, el técnico se puso en contacto con la familia de Camarón y les cedió el material desinteresadamente, sin pedir nada a cambio. La grabación fue masterizada en los estudios Sterling Sound por los ingenieros Greg Calbi y Steve Fallone, mientras que la producción ha sido supervisada por Luis Monge, el hijo del artista, quien asegura que aquel día Camarón cantó letras en alguna bulería y algún tango que nunca había hecho antes. "En verdad, nunca hacía los cantes igual", puntualiza Monge a El Cultural.
Una reflexión global acerca del mito
El periodista Nacho Serrano, responsable del valiosísimo libreto que acompaña el lanzamiento de Oviedo, San Mateo 1991, en el que han participado artistas españoles de gran relevancia, también nos desvela algunos interesantes pormenores. La primera artista en la que pensó fue Rosalía, que no dudó en participar, lo que propició que se sumaran muchas más figuras. La lista inicial, que contenía treinta nombres, se acabó extendiendo hasta los 50. Una nómina heterogénea que refleja con absoluta fidelidad el impacto de Camarón en artistas de cualquier género: desde el pop a la electrónica pasando por el rock y la música urbana.
La suma de testimonios constituye una caleidoscópica reflexión sobre su legado, aunque prácticamente todos reivindican su espíritu renovador. Esteban Girón, guitarrista de Exquirla, se refiere al cantaor como "el Picasso del flamenco. Conocía la técnica y era el mejor en ella. Por ello se tuvo que salir". Por otro lado, opina que "el rechazo flamenco" hacia discos como La leyenda del tiempo "no fue por transgresor, sino por arrollador". A C. Tangana le parece "impactante pensar que el músico más unánimemente respetado y admirado de toda la historia reciente de España, un día tuvo que lidiar con el desprecio".
Cuando Rosalía tenía trece años pasaba las tardes en el parque con sus amigos. "La música que escuchábamos era flamenco", cuenta, pero un día "sonó Camarón y fue como si su voz fuera una flecha y me traspasara el corazón. Descubrirle fue una de las grandes epifanías de mi vida. Siempre que le escuchaba cantar pensaba: 'Camarón sabe algo que los demás no sabemos'. Es como si hubiera un secreto precioso y muy bien guardado en su voz".
Antonio Arias, de Lagartija Nick, considera que lo mismo que "el flamenco no necesita a las otras músicas pero todas las otras músicas necesitan al flamenco", Camarón tampoco nos necesita, "pero nosotros necesitamos a Camarón". En la misma línea, Miguel Poveda está convencido de que "Camarón gana con el tiempo", pues "al escucharlo uno se hace más consciente de la magnitud del artista que era".
Javi Vacas (Sex Museum, Corizonas) alaba "la poética y el desgarro de su cante", mientras que para Dandy Piranha, de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, ha sido "una inspiración constante para componer". "Todo lo que viene después de Camarón en el mundo del flamenco es deudor de su legado", resume Bunbury. También prestan su testimonio Israel Fernández, Carmen Linares, Javier Ruibal, Manolo García, La Zowie, Antonio Carmona, Estopa, David 'Indio' García de Vetusta Morla, Omar Montes, La Mala Rodríguez, Eliseo Parra, Eduardo Rodway de Triana, Califato 3/4, La Zowi...
Nacho Serrano reconoce a El Cultural que se le ha quedado la espina de no haber podido contar con Kiko Veneno, autor de la eterna Volando Voy, popularizada por Camarón . El periodista sospecha que el motivo de su renuncia correspondería a un gesto solidario con la familia de Camarón, que desde la muerte del artista no ha dejado de pelear por los derechos de autor que supuestamente les pertenecen. Este lanzamiento nada tiene que ver con esto, como se ha explicado, pero quizás al autor de Lobo López no le ha llegado la información correctamente, desliza Serrano.
Polémica por los derechos de autor
Luis Monge se ha expresado a propósito en El Cultural. "Se apuntaron lo que les dio la gana y a él lo dejaron fuera siempre", dice el hijo de Camarón en referencia a quienes registraron los derechos de la obra que interpretó su padre. "Y después se les dice que nos cedan algo y nos dicen que no. Prefieren dejar de ganar de dinero y no darnos nada a nosotros, fíjate. Hace poco nos llamaron para meter Como el agua en el videojuego GTA 6. Les propusimos que nos cedieran un tanto por ciento, que se iba a recaudar mucho porque a eso jugaba mucha gente, y Pepe de Lucía dijo que no nos iba a ceder nada".
Conviene precisar aquí que, según recoge la web oficial de la discográfica Universal, misma compañía que se hace cargo de este lanzamiento, "Como el agua fue compuesta por Pepe De Lucia. La producción fue de Ricardo Pachón y la dirección musical del propio Paco".
"La canastera es de mi padre, incluso Paco de Lucía lo dice en una entrevista, y sin embargo la tiene apuntada [registrada] el padre de Paco de Lucía", apunta Monge. "Y así un montón de temas que cantaba mi padre y los cantaores antiguos. Pero mi padre no sabía que con eso se generaba dinero, eso lo sabían nada más que los tres o cuatro cultos que estaban metidos en la industria. Mi padre cambiaba las letras, las hacía a su manera… Eso le correspondía a él. Pero ellos se lo apuntaban todo", insiste el hijo del cantaor.
De las 164 canciones grabadas que interpretó, Camarón aparece como autor en los registros de la SGAE solo en 27. Las 137 canciones restantes están firmadas por Antonio Humanes, Ricardo Pachón, Paco de Lucía, su padre —Antonio Sánchez— y su hermano —Pepe de Lucía—, entre otros. Recuerda también el hijo del gitano que Ricardo Pachón, mítico productor de La leyenda del tiempo, registró su autoría en la adaptación del poema del mismo nombre que escribió Federico García Lorca. "¿Y por qué te apuntas tú y no apuntas a mi padre?", protesta.
En los inicios de su carrera como cantaor solista, Camarón "se vio solo en Madrid", cuando no era más que un niño arrancado de una tierra y una familia a las que estaba profundamente ligado. "Y sin que nadie le dijera cómo iba esto", lamenta ahora su hijo. Y concluye: "Cuando falleció y nos enteramos de cómo iba el percal, intentamos poner las cosas en su sitio. Y ahí estamos luchando todavía".