Ludwig Van Beethoven: "Los cinco conciertos para piano y orquesta".
Se nos presenta un álbum de tres compactos con grabaciones realizadas en la Musikverein de Viena en tres tandas de sesiones: en diciembre de 1997, en febrero de 1998 y en diciembre de 1998. Todo el proyecto proviene, en realidad, de la gira con los cinco beethovenes que habían realizado a mediados de los noventa Brendel, Rattle y la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham. Allí decidió Brendel que había ideas nuevas, que había margen de novedad para una cuarta grabación del ciclo.
Efectivamente, ideas hay muchas. Y, sobre todo, mucha música hecha a medias entre el teclado y la batuta. Algo encontró Brendel en aquella gira con la orquesta de Birmingham y con el caballero de Liverpool, y ese algo lo volvió a encontrar después en Viena. Cada movimiento de cada concierto tiene al menos cuatro o cinco momentos de evidente compenetración musical, frases que se responden en activa sintonía. Unísonos que se atacan con igualdad de convicciones. Han sido muy elogiados los tiempos lentos de esta serie. Con mucha razón. En los cinco movimientos centrales, Brendel parece recrear de la nada cinco mundos esencialmente beethovenianos.
Rattle responde compenetradamente y los filarmónicos vieneses nos asombran con su infinita capacidad para perfilar el sonido. Son capaces de aplicar muchos matices sucesivos a un solo acorde, por breve que sea, de lo cual Rattle saca todo el partido imaginable.