Discos

Dmitri Shostakovich: "24 preludios y fugas, opus 87".

4 julio, 1999 02:00

Vladimir Ashkenazy, piano. 2 CD"s Decca 466 066-2

Los "24 preludios y fugas, opus 87" de Dmitri Shostakovich son un eco moderno de "El clave bien temperado". Son 24 pares, no cuarenta y ocho como en el caso de Bach, pero logran el objetivo de dar la vuelta entera al ciclo de las tonalidades. Shostakovich comparte con Bach el afán completador. Al igual que el viejo Juan Sebastián, el ruso tiene interés en teselar el plano tonal.
Tatiana Nikolaieva, la joven pianista que impresionó al maestro Shostakovich en el Concurso Bach de Leipzig en 1950, fue la dedicataria de esta aventura pianística, y fue también la primera artista en grabar la serie completa de preludios y fugas. Vino después la peculiar versión de Keith Jarrett y ahora se presenta una muy seria interpretación a cargo del ruso Vladimir Ashkenazy. Para completar el informe sobre esta cuestión, digamos que Olli Mustonen está trabajando en su propia integral y tiene en el mercado ya la mitad de las piezas. Además, hay discos en las tiendas con preludios y fugas sueltos debidos a manos tan significativas como las de Sviatoslav Richter o las del mismísimo Dmitri Shostakovich.
¿Qué nos ofrece Ashkenazy? ¿En qué cambian las piezas de Shostakovich vistas con la mirada del pianista de Gorki? ¿Vale la pena complementar la espléndida grabación de la Nikolaievna, que es originaria y fundacional? Creo que sí. Ashkenazy ensancha la expresión y abre perspectivas nuevas a la escucha. En lo técnico, su versión es correcta siempre, es la versión de un gran pianista dueño de soberbias herramientas de comunicación musical. Es verdad que no en todas, pero en muchas de las piezas Ashkenazy explica con hermosos despliegues expresivos una música que es esencialmente enigmática. El pianista expone con transparencia una trama contrapuntística que lo mismo nos devuelve al siglo XVIII que nos muestra en clarísima disección aspectos ensombrecidos del XX.