Gustav Mahler: "Lieder".
Ambos hicieron juntos y muy bien muchos Mahlers. Los presentes ciclos liederísticos provienen de una serie de conciertos que ofrecieron al final de la década de los sesenta, que más tarde dieron lugar a las respectivas grabaciones comerciales. En concreto las grabaciones de los "Kindertotenlieder" y "Lieder eines fahrenden Gesellen", con la Orquesta Hallé, fueron escogidas por el propio Barbirolli para ser escuchadas en su funeral y en sus exéquias en Westminster y Manchester. Se trata realmente de versiones en las que se transmite la emoción de dos grandes personalidades musicales trabajando en íntima compenetración y, por ello, se convierten en referencia.