Arthur Honegger escribió escritos. Fue crítico de la revista "Comoedia" y, desde luego, aprendió a titular. Sus "Movimientos sinfónicos" números uno y dos llevan eficacísimos nombres de guerra -"Pacific 231", "Rugby"- pero son fragmentos de música muy abstracta y muy calculada. En realidad, son dos estudios de ritmo: en "Pacific 231" (que es el nombre de una hermosa locomotora) estudia la aceleración uniforme, la de la bola que cae por un plano inclinado, o la del tren que, en vez de salir, "efectúa su salida"; en "Rugby", el suizo estudia el ritmo zigzagueante y eruptivo, imprevisible pero lleno de acontecimientos. Con un par de títulos geniales, Honegger convierte el estudio sutil en difundido "best-seller", en bandera de su generación y aun en signo de los tiempos (recuerden los lemas de entreguerras: el culto al progreso técnico, el arte gimnástico). El tercer "Movimiento sinfónico", el mejor, el que ahonda en ritmos más ricos, se quedó sin título y no saltó a la fama. Disfruten de los tres en esta estupenda grabación de la Tonhalle dirigida por Zinman. De regalo viene la "Sinfonía 2", la "Pastoral" y una bella rareza: la "Monopartita".