Desde el Olimpo pianístico
Desde el Olimpo de los pianistas, allá donde todo lo preside la buena música, el amor por el detalle, el culto a lo escrito, el respeto a las intenciones del autor, el fraseo imaginativo, el toque preciso y la amplitud del espectro dinámico, nos llegan tres magistrales publicaciones de Deutsche Grammophon.
Empecemos por la reedición de antiguos registros de Arturo Benedetti Michelangeli (1920-1995). La temprana Sonata nº 4 de Beethoven nunca ha sonado, tan pura, tan nítida, tan muelle, tan poética, tan profunda. Las Baladas op. 10 de Brahms están enfocadas desde una óptica abstracta, que no por ello nos evade del fuerte contenido literario que entrañan, y la Sonata D. 537 de Schubert se nos presenta animada, dentro de la contención habitual del artista, llena de encanto, fraseada con intencionalidad extrema.
Eran esperados con expectación los Preludios de Debussy, libro I, en los dedos de Pollini tras su impresionante demostración en los Estudios del mismo compositor. No defrauda el milanés, que nos obsequia con una interpretación de gran originalidad, matizada hasta el límite. Esa "apuesta de Debussy por la liberación del sonido", en palabras del propio Pollini, está perfectamente explicada en este acercamiento realizado con la habilidad de un orfebre y la altura de miras de un genial recreador, que disputa el cetro, entre los más recientes, al tan límpido y en cierto sentido romántico de Zimerman para el mismo sello.
Y es justamente el polaco el que protagoniza la tercera publicación, que recoge los dos Conciertos de Chopin. Se trata de una versión nueva en muchos aspectos de tempo -a veces, excesivamente lentos-, acentuación y dinámicas, que revela un intenso estudio. El sonido y el fraseo, cargado de ancho lirismo, son excepcionales y fundamentan recreaciones que quedan ya entre las de referencia. La orquesta ha sido creada para la ocasión: grabación y gira de conciertos en el año Chopin.