Kennedy, Lynn Harrell: Dúos para violín y violonchelo.
En la Sonata para violín y violonchelo, como en casi todas sus obras, Ravel enciende docenas de colores sonoros distintos; solo que aquí, Ravel escoge los tonos más oscuros. Kennedy y Harrell entran a fondo a matizar estas sombras. Con igual decisión se internan en el bosque húngaro del Dúo de Kodály. Kodály, igual que hicieron Bartók y Falla, universaliza el folclore y lo pone al alcance de todos. Oigan, si no, con cuánto convencimiento se vuelve magiar el británico Kennedy.
El disco contiene además dos caramelos barrocos travestidos: una Passacaglia de Händel convertida en propina violinística por Halvorsen, y una Invención de Bach tocada en dúo. Bach sobrelleva mejor que Händel la violencia.