Un apunte de entrada para los que desconfían de las grabaciones históricas en directo y, muy especialmente, de las de hace 40 años. El trabajo de los ingenieros para esta producción mítica del Bayreuth de 1957 es absolutamente sensacional. El sonido nada tiene que ver con el ya conocido en las publicaciones previas, no sólo por la calidad, que es espléndida, sino también porque finalmente se presenta sin los cortes que, por ausencia de fuentes, dejaban coja esta Tetralogía.

Se trata sin duda de una versión de absoluta referencia, con un Knappertsbusch que plantea un drama coherente desde la primera a la cuarta jornada. No estamos hoy acostumbrados a lecturas de este calibre. Los directores de hoy posiblemente no tienen tiempo para profundizar y lograr una unidad tan difícil a lo largo de tantas horas y prefieren ir a los detalles. ¡Qué gran lección la de "Kna" al plantear la música tal como es, sin brillanteces baratas! Hasta los errores orquestales, que los hay, aportan un grado de realidad y proximidad infrecuente en nuestros días.

El plantel de cantantes reúne lo mejor de aquellos días gloriosos. Hotter demuestra lo que es saber despedirse de Brunilda, una Varnay gloriosa, y Vinay aporta un perfil heroico poco común a Siegmund (aunque la voz no era ya lo que fue), acompañado por la Sieglinda de lujo de Nilsson. Aldenhoff puede en lo vocal con Siegfried, que ya es bastante. Su dúo con Varnay enseña lo que de verdad encierra a los desgraciados que hayan tenido que soportar a la pareja del pasado año en Bayreuth. Hasta en papeles como Hunding o Woglinde hallamos a artistas de la categoría de Greindl o Siebert.

Una joya que todo wagneriano ha de tener y guardar como oro en paño, porque lamentablemente no podremos volver a escuchar una Tetralogía así en vivo.