Héctor Berlioz
y su clara emisión brillan con especial relieve en su versión de las Noches de estío de Héctor Berlioz, uno de los más hermosos ciclos de melodías románticas, que aborda con la espontaneidad de la primera juventud. Al mando de Louis Langrée, la excelente Orquesta de la ópera Nacional de Lyon se funde admirablemente con la solista, aportando unos timbres frescos y sugerentes. Son muy hermosas también las versiones de esas pequeñas joyas que son Zaida, La cautiva o La bella viajera, con su tono nostálgico y ensoñador. En la escena dramática La muerte de Cleopatra, sin embargo, y a pesar del evidente talento expresivo de la artista, echamos en falta un instrumento más poderoso, sobre todo
en lo referente a centro y graves. Pese a ello, y en su conjunto, un recital
muy valioso y recomendable.