Evviva Muti!
G. Verdi: Aida
17 octubre, 2002 02:00
G. VERDI: Aida. Anna Tomowa-Sintow, Plácido Domingo, Brigitte Fassbaender, Siegmund Nimsgern, Robert Lloyd. Coro de la ópera Estatal de Baviera. Orquesta Estatal de Baviera. Dir: Riccardo Muti. 2 Cd Orfeo D’or C 583 022 I
En 1974 Riccardo Muti grabó para la EMI una Aida que pronto se convirtió en versión de referencia, tanto por la calidad del elenco (Caballé, Domingo, Cossotto, Cappuccilli, Ghiaurov y Raimondi, todos en estado de gracia) como por la dirección orquestal, que casi por primera vez eliminaba cualquier carácter pompier y convertía la partitura en una de las obras maestras de su autor. Cinco años después, el napolitano dirigió la ópera en el Teatro Nacional de Múnich, producción que ahora publica Orfeo. Muti, entonces titular del Maggio Musicale Fiorentino, une a un fuego "toscaniniano" un absoluto cuidado por todos los matices, descubriéndonos en más de un momento una obra que parece nueva.
Los cantantes intentan dar lo mejor de sí mismos para plegarse a la batuta. El que más lo consigue es Domingo, quien tras un "Celeste Aida" un tanto apurado (como les pasa a casi todos los tenores en esta aria colocada a traición) despliega sus bien conocidas cualidades, como son la belleza del instrumento, su expresividad, musicalidad y vivencia del personaje. Tomowa-Sintow no posee una voz genuinamente verdiana, pero el instrumento es recio y generoso (sobre todo en esta época, muy poco posterior a la Elsa salzburguesa con Karajan que la dio a conocer). Fassbaender es una Amneris intencionada, aunque en exceso verista (sobre todo en la escena del juicio), y Nimsgern una buena voz algo fuera de lugar como Amonasro. Excelente el Ramfis de Lloyd.
Magníficos los conjuntos titulares de la compañía bávara, que ayudan a conseguir una de las mejores "Aidas" de la discografía actual.
En 1974 Riccardo Muti grabó para la EMI una Aida que pronto se convirtió en versión de referencia, tanto por la calidad del elenco (Caballé, Domingo, Cossotto, Cappuccilli, Ghiaurov y Raimondi, todos en estado de gracia) como por la dirección orquestal, que casi por primera vez eliminaba cualquier carácter pompier y convertía la partitura en una de las obras maestras de su autor. Cinco años después, el napolitano dirigió la ópera en el Teatro Nacional de Múnich, producción que ahora publica Orfeo. Muti, entonces titular del Maggio Musicale Fiorentino, une a un fuego "toscaniniano" un absoluto cuidado por todos los matices, descubriéndonos en más de un momento una obra que parece nueva.
Los cantantes intentan dar lo mejor de sí mismos para plegarse a la batuta. El que más lo consigue es Domingo, quien tras un "Celeste Aida" un tanto apurado (como les pasa a casi todos los tenores en esta aria colocada a traición) despliega sus bien conocidas cualidades, como son la belleza del instrumento, su expresividad, musicalidad y vivencia del personaje. Tomowa-Sintow no posee una voz genuinamente verdiana, pero el instrumento es recio y generoso (sobre todo en esta época, muy poco posterior a la Elsa salzburguesa con Karajan que la dio a conocer). Fassbaender es una Amneris intencionada, aunque en exceso verista (sobre todo en la escena del juicio), y Nimsgern una buena voz algo fuera de lugar como Amonasro. Excelente el Ramfis de Lloyd.
Magníficos los conjuntos titulares de la compañía bávara, que ayudan a conseguir una de las mejores "Aidas" de la discografía actual.