Giacinto Scelsi (1905-1988) es uno de los más curiosos y atractivos autores del siglo XX. Su evolución, más bien auténtica revolución, se produjo, tras una etapa muy conservadora, a principios de los 50, durante una larga estancia en un psiquiátrico. Fue allí, al disponer de un pequeño piano, cuando comenzó a tomarle de nuevo gusto al arte de los sonidos. El sonido como metáfora de una visión del mundo impregnada de filosofías orientales, de concepciones pitagóricas, que más adelante traduciría a través de la orquesta y de la cuerda. Son importantes, como banco de pruebas de futuro, las dos partituras contenidas en el disco (que sólo dura 48 minutos), Action music (1955) y Suite nº 8 (1952), muy bien tocadas por Bernhard Wambach. Marcan una exploración del sonido aislado, con tendencia a la aglomeración de energías sonoras y a la aplicación del microtonalismo. Dos composiciones construidas como improvisaciones, divididas en varios y breves movimientos, muy contrastados. a. r.