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Janine Jansen
Obras para Violín
26 febrero, 2004 01:00
La muy joven concertista holandesa maneja un espléndido stradivarius de 1727 llamado Barrère. Y se nota, porque su sonido es de una sedosa suavidad. Como se nota que la artista posee afinación justa, arco fácil y elegante y dominio sorprendente de las regulaciones. Sabe dar y quitar intensidad y construir así un fraseo propio de un veterano. Muestra además un vibrato natural y nada agresivo, aun en los sobreagudos, y unas impecables dobles cuerdas. Con todo ello nos ofrece un espléndido recital. La violinista revela su temple en los acentos sensuales de Introducción y Rondó caprichoso de Saint-Saëns, su gusto y toque refinado en la nostálgica romanza The Lark Ascending de Vaughan Williams y su mecanismo sin fisuras en la rapsodia Tzigane de Ravel (en la que puede codearse con Vengerov). Hay también piezas de Chaikovski, Jachaturian y Shostakovich. Es plausible el apoyo orquestal de Woodsworth y la Royal Philharmonic. Esperemos ahora a Janine Jansen en cometidos más enjundiosos.
