Prokofiev
Cinderella
2 diciembre, 2004 01:00Es justo reconocer la evolución de Pletnev, un pianista que cuando ganó, en 1978, a los 21 años, la medalla de oro en el Concurso de Moscú era poco más que un atinado traganotas. Luego ha madurado y se ha aplicado, no sólo como pianista, sino también como director -al frente de la Nacional de Rusia, creada por él- y, ahora lo comprobamos, como compositor - redactor en este caso- de una versión para dos pianos del ballet La cenicienta de Prokofiev. Ha sido atrevido el pianista, porque el autor de la Sinfonía Clásica ya dejó una realización para un solo piano. Pero el resultado es espléndido y revelador de un conocimiento exquisito de la obra y de sus líneas polifónicas, muy bien plasmadas en un continuo tour de force cuajado de contrastes muy expresivos y de una riqueza tímbrica de altos vuelos. Destacan esas notas desde el interior del piano, a modo de sonidos de campanas, en el Finale.
Con la sensacional Martha Argerich, a sus granados 63 años, Pletnev realiza una interpretación de enorme colorido y de notable precisión rítmica, que se une a una primorosa y transparente traducción de la delicadísima y nostálgica Mi madre la oca, una composición que encierra toda la ternura raveliana, aquí perfectamente reproducida.