"Santiago Lanchares es un tipo flaco, sonriente, sensible, fino, inteligente, bienhumorado, y discreto hasta la timidez [...] Lleva bastantes, muchos años caminando por la senda de la creación musical, y lo hace con zapatillas especiales para no hacer ruido". José Luis García del Busto escribe con afecto y precisión de la figura, distante pero entrañable, del compositor palentino Santiago Lanchares (1952) en el texto que ilustra el compacto que acaba de publicar Verso con su -por ahora- obra completa para piano. Habla García del Busto del "callado" trabajo de "Santi" Lanchares y augura el próximo "estallido" de su música a pesar de esas zapatillas silenciosas. Sin duda, este disco verdaderamente redondo contribuirá a acercar su obra y su nombre al público melómano. Todo contribuye a ello. Gran música, soberbiamente tocada y primorosamente grabada. De principio a fin, no hay un instante en que decaiga el interés en estos 73 pianísticos minutos, en los que brota con fuerza el poderoso universo sonoro del compositor palentino. Así es la fuerza seductora del pentagrama inteligente, consonante, ritmado y tendenciosamente cromático de Lanchares. Recalen, por ejemplo, en el audaz "Adagio" de la Sonata para piano de 2001, o en las Dos invenciones, o en la vertiginosa y muy prokofieviana pieza que abre el compacto, Anandamanía, escrita en 2002 y cuyo título revela el estrecho vínculo con el intérprete del compacto, Ananda Sukarlan, paladín imprescindible de la música contemporánea española, que en este compacto hace méritos para merecer nueva matrícula de honor. Discos como éste hacen añicos el abismo entre oyente y música contemporánea. ¡Escuchen y verán!