Image: Así es la Biología

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Ensayo

Así es la Biología

Ernst Mayr

28 abril, 2005 02:00

Ernst Mayr. Foto: Archivo

Trad. J. M. Ibeas. Debate. Madrid, 2005. 326 páginas, 17’50 euros

A los cien años ha fallecido recientemente Ernst Mayr. Era el último exponente de una generación de biólogos que, en el primer tercio del pasado siglo, integró la genética mendeliana y el evolucionismo darwiniano en la llamada "Síntesis Evolucionista Moderna".

La Síntesis fue una construcción colectiva, pero se considera que Mayr, con Systematics and the origin of Species (1942), y Theodosius Dobzhansky, con Genetics and the origin of Species (1939), aportaron los pilares fundamentales. Las ideas genéticas de Darwin estaban ancladas en la pangénesis y dieron lugar a que Mendel anotara: "Sucumbe a una impresión sin pensarlo de forma apropiada". Darwin, más que el origen de las especies, lo que entendió fue el origen de las variaciones dentro de las especies. Mendel desveló los mecanismos por los que se genera la variación, pero hubo de esperarse a la gran Síntesis para que se entendiera el origen de la biodiversidad y se asentara el concepto moderno de especie biológica.

Así es la Biología, publicado a los 90 años, hay que entenderlo como una biografía de esta materia, más que como una apología al estilo de la que sobre la Matemática escribió Godfrey H. Hardy (1940), y como una reacción frente al reduccionismo imperante en la biología de las últimas décadas. Mayr se resiste a considerar que la razón biológica sea reducible a las leyes físicas y químicas o que todos los atributos de los sistemas vivos complejos puedan explicarse mediante el estudio de los componentes inferiores. Para él, los organismos vivos implican una serie de sistemas ordenables jerárquicamente según su complejidad -moléculas, células, tejidos, órganos, organismos, poblaciones, especies- cuyas características no (siempre) se pueden predecir a partir del estudio de los sistemas más simples. En un principio creyó que este fenómeno, el de la "emergencia", singularizaba al mundo orgánico frente al inorgánico, hasta que Bohr le convenció de que la emergencia campa por sus respetos en el mundo inanimado.

Mayr se pregunta cuál es el sentido de la vida y se plantea, con una visión holista, qué es la ciencia y cómo ésta explica el mundo natural y el mundo vivo: biodiversidad, desa-rrollo del individuo, evolución, ecología, ética. Nada hay que objetar, si se tiene en cuenta que el éxito explosivo de la biología molecular, explícitamente omitido en este ensayo, se ha debido a una aproximación experimental rabiosamente reduccionista y que el de emergencia será siempre un concepto coyuntural, dado que la incapacidad de explicar una propiedad de un sistema complejo, en función de las de los sistemas más simples, puede no deberse a su esencia sino meramente a nuestra ignorancia. Estudiar el todo no excluye investigar las partes.