Angela Gheorghiou lleva camino de convertirse en la soprano que más graba aquello que no puede cantar en escena. Su nuevo disco recoge arias de las óperas más conocidas de Puccini, la mayor parte de las cuales corresponden a obras que nunca ha interpretado sobre un escenario. Así Butterfly, la dramática Fanciulla del West o el personaje central de Turandot. La verdad es que Gheorghiou canta con mucho gusto y con personalidad, pero ni el estudio es capaz de evitar que se perciba la irrealidad de este canto lleno de trucos para disimular las muchas impotencias en graves o dinámicas. Dicen que no se venden discos, éste es posible que se venda, pero, al paso que vamos, habrá que comprar exclusivamente grabaciones en vivo. El resto es casi puro engaño. En algunas piezas cuenta, cómo no, con breves intervenciones de Roberto Alagna. Alguna hasta forzada para dar más relevancia a la intervención.