Dos de las grandes voces del pasado siglo en los albores de sus carreras. Treinta y nueve años tenía Giulietta Simionato y apenas veintisiete Giuseppe di Stefano cuando cantaron en México, junto a Cesare Siepi y Enzo Mascherini, esta vibrante Favorita. Hay óperas que sólo tienen sentido con cantantes como los presentes y entonces nadie puede tildarlas de ladrillos sino emocionarse. Di Stefano, que entonces aún iba de ligero, está insuperable, con un timbre bellísimo y amplio caudal, aunque también con los excesos veristas que a la postre arruinarían su voz. Sin embargo qué gusto da escuchar el repertorio belcantista con tal pasión y limpieza vocal. Atención a los pianos y filados del "Spirto gentil", por cierto bisado. Un documento para recuperar la memoria histórica.