Desde el comienzo de su carrera como violagambista Jordi Savall ha dedicado una atención especial al compositor Marin Marais (1656-1728). En 1975 el instrumentista catalán se lanzaba, aprovechando el préstamo de una viola de gamba de siete cuerdas, a grabar piezas del gran compositor parisino -alumno de Jean-Baptiste Lully-, entre ellas algunas del Libro IV. Savall ha seguido fiel a su amor juvenil y se ha decidido, por fin, a registrar la integridad de ese Libro IV, bautizado con el nombre de Suitte d'un Goût étranger. El logro es total y rotundo, de una amenidad extraordinaria, dada la variedad de combinaciones, de ritmos, de fraseos, de expresiones que se dan cita. Todas las piezas están presididas por la gracia. Una síntesis de las muchas variables -canto spianato, concitato, virtuosismo, toques polifónicos, maneras de hacer morir el sonido… -la encontramos en la pieza Le Laberynthe, IV. 74. Pierre Hantaï en el clave, Rolf Lislevand en la guitarra y la tiorba, Philippe Pierlot en el bajo de viola, Andrew Lawrence-King en el arpa de tres órdenes, junto a Pedro Estevan en la percusión, contribuyen a que esta Suitte d’un Goût étranger alcance una gran belleza.