Discos

L’Orfeo

C. Monteverdi

15 marzo, 2007 01:00

René Jacobs, Director de orquesta; Trisha Brown, Directora de escena. HDM 9909003.04

Esta publicación permite captar en toda su magnitud una obra maestra como la de Monteverdi, elegida como punto de arranque -desde la perspectiva estrictamente histórica, algo no muy riguroso- de los 400 años de la historia de la ópera. Desde luego y tal como subraya Denis Morrier, L'Orfeo es un manifiesto humanista, con un libreto de Alessandro Striggio plagado de referencias neoplatónicas que aparece magníficamente estructurado. A su simetría respondió el gran Monteverdi con una organización musical soberana, en arco, que miraba a los affetti, desarrollados alrededor de la gran aria de Orfeo, "Possente spirto", una de las máximas aportaciones de todos los tiempos.

Los distintos modos de cantar y recitar cantando de la época son tenidos en cuenta por el antiguo contratenor y hoy director de orquesta, René Jacobs en esta interpretación del Teatro de la Moneda de Bruselas de mayo de 1998. El director sirve a una concepción que parte de la preponderancia del texto y del ritmo -tan ágil, variado y minucioso- sobre la melodía y que pone en marcha una fantasía desbordante en el uso de la instrumentación. El resultado sonoro es de enorme riqueza, de alta plasticidad. El barítono lírico inglés Simon Keenlyside mantiene una línea vocal matizada al límite, cumplidora en los pasajes de agilidad, que contrasta dinámicas y va del pianísimo al forte realizado sin miedo al vibrato natural; una cuestión en la que Jacobs ha tomado partido desde hace tiempo. Los demás cantantes están a ese estupendo nivel, como la sensacional Orquesta Concerto Vocale y el coro Collegium Vocale de Gante.

El espectro sonoro casa a la perfección con lo visual, que se ve admirablemente captado por las cámaras de Pierre Barré de la Radiotelevisión Belga. Trisha Brown ha ideado una coreografía muy estilizada y un espacio escénico de enorme belleza, con distintos planos horizontales y verticales. Una buena forma de celebrar los (algo más de) 400 años de la ópera es ver y escuchar esta maravilla.